Juicio a la tortura. Día 1

Correpi
23.Nov.07    Documentos y Comunicados

JUICIO A LA TORTURA EN LOMAS DE ZAMORA
CRÓNICA DEL PRIMER DÍA

Comenzó hoy por la mañana el juicio oral y público contra los policías bonaerenses Isidoro Segundo Concha y Ramón Quevedo por el asesinato, hace cuatro años, de Jorge “Chaco” González (31). Después que el presidente del Tribunal Oral nº 7 de Lomas de Zamora declaró abierto el debate, expusieron sus lineamientos la fiscalía, la particular damnificada y la defensa.

El fiscal, Dr. Bernardo Schell, recordó que el 14 de diciembre de 2002 los imputados detuvieron en la calle a Jorge, lo redujeron tirándolo boca abajo en el suelo y lo esposaron a la espalda, luego de lo cual, el sargento Quevedo lo levantó de los brazos, tomándolo por las esposas, para exponer así su torso para que el sargento Concha le propinara puntapiés en la cabeza, pecho y abdomen. Sostuvo que después de agonizar 24 días, buena parte de ellos internado en distintos hospitales, finalmente “Chaco” murió a raiz de la combinación de los golpes recibidos con la patología preexistente del muchacho, que era portador del virus HIV y padecía tuberculosis. Anunció que acusará por homicidio preterintencional en concurso ideal con apremios ilegales.

Las abogadas de CORREPI que representan a Ramona Núñez, madre de Jorge González, en cambio, adelantaron, sobre los mismos hechos, que insistirán en la acusación de aplicación de tormentos seguidos de muerte que vienen sosteniendo desde el inicio de la causa, pues el apaleamiento tuvo por objeto forzar a la víctima a hacerse cargo de un robo que no había cometido, además de castigarlo.

La defensa, ejercida por el Dr. Vaca Paunero de la defensoría oficial, anunció que pedirá la libre absolución de los policías.

El primer testigo en ingresar a la sala fue el policía federal Inspector Hoyos, que respondió el 7 de enero de 2003 al llamado de los médicos del Hospital Durand de la ciudad de Buenos Aires, donde murió González, luego que los profesionales iniciaran una operación de autopsia que reveló la presencia de material hemático coagulado adherido a las paredes torácicas de evidente origen traumático. El federal, en una conmovedora muestra de cooperación interjurisdiccional, perdió por completo la memoria y no pudo recordar ni una palabra de lo que le manifestaron en su momento los patólogos del hospital. Pese a su reticencia contumaz, se vio obligado a reconocer la autenticidad de su firma en la declaración testimonial prestada entonces, cuando no surgía de la historia clínica que los autores de los golpes era policías provinciales.

Luego fue el turno de los Dres. María del Carmen Kordich y Eduardo Zeitlin, ambos del Hospital Durand, que relataron que el médico tratante solicitó la autopsia denominada “académica”, ya que no había intervención judicial, para establecer la causa puntual de la muerte de Jorge. Recordaron que ni bien abrieron el tórax y levantaron los pulmones, vieron a ambos lados de la pared torácica grandes coágulos de sangre, que de inmediato atribuyeron a una etilogía traumática, por lo que interrumpieron la operación y dieron aviso a la policía. Ambos afirmaron que ese tipo de sangrado no pudo producirse por el cuadro tuberculoso ni como consecuencia de maniobras de reanimación, pues en primer lugar los derrames pleurales por TB son diferentes, y si se hubiera producido en forma concomitante al óbito no hubiera coagulado, lo que requiere varios días.

A continuación declaró la mamá de “Chaco”, Ramona Núñez, que contó que la llamaron de la comisaría para decirle que su hijo estaba detenido allí, y que al legar el subcomisario Julio Gómez le exigió que le entregara $ 2.000 o “pasaría el preso a juzgado con un robo calificado”, mientras que si pagaba todo quedaría en una “simple AA”, es decir, una inexistente averiguación de antecedentes. Entre lágrimas, Ramona relató cómo reunió una parte de la suma pidiendo prestado a su familia, luego de lo cual, esa misma noche, liberaron a su hijo sin imputación alguna. Explicó que al día siguiente lo llevó al Hospital Penna, donde no consideraron necesario internarlo, pero con el correr de los días se fue debilitando más, siempre sufriendo dolores y vómitos, hasta que luego de dos semanas internado, primero en el Penna y luego en el Durand, murió. Contó también que ella y sus familiares fueron amenazados y perseguidos para hacerlos desistir de impulsar la investigación, y terminó diciendo “así no se le pega ni a un animal”.

Hugo Garzón, hermano de la víctima, declaró luego. Tanto él como su esposa Karina Barreto, y Milena Di Pietro, la otra nuera de Ramona, confirmaron que desde que recibió la golpiza Jorge empeoró día a día, hasta que murió. También ratificaron los dichos de Ramona sobre lo ocurrido en la comisaría y el estado en que Jorge fue liberado.

Un testigo de aportado por la defensa del sargento Concha dijo que vio el momento en que Jorge era subido a la caja de la camioneta policial en la que se lo transportó a la comisaría, hecho que no está discutido, y otro también traído por el defensor, sostuvo que el 14 de diciembre de 2002 vio a dos jóvenes, uno de 20 años y otro más chico todavía, que intentaron forzar la cerradura del baúl de su auto y arrebatarle la cartera a una mujer, razón por la que buscó a los policías Concha y Quevedo y les indicó por dónde habían huido. Jorge González, de más de treinta años, alto y robusto, nunca pudo ser confundido con pibes adolescentes, de manera que el testimonio nada aportó, salvo el intento de justificar la infernal golpiza.

Mientras esto sucedía en una sala colmada de público integrado por familiares de víctimas de la represión policial organizados en CORREPI, el acceso de los tribunales de Lomas de Zamora estaba cubierto de banderas y pancartas denunciando el gatillo fácil, las torturas y la represión a los trabajadores. Medio centenar de militantes de CORREPI, de la Coordinadora Antirrepresiva Oeste, de la CPS 29 de Mayo y del PRT Santucho, entre otras organizaciones, sostuvieron durante toda la jornada la agitación antirrepresiva, realizando pintadas, repartiendo volantes y entonando consignas contra la represión.

A las 18:00 el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes 26 de noviembre a las 9:30, cuando se escucharán los testimonios de los vecinos que presenciaron la detención y el apaleamiento.

Contactos:

Prensa: Gustavo Carli, 156 018 9852

María Teresa Larramendy, 156 351 9360

María del Carmen Verdú, 154 417 0659

(abogadas de CORREPI que representan a Ramona Núñez, mamá de “Chaco” González).

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