Discursos en el Acto de Presentación del Archivo 2007

CORREPI

Texto completo de los discursos de CORREPI en el acto del 14 de diciembre de 2007 en Plaza de Mayo

Intervención de Delia Garcilazo (mamá de Fito Ríos, asesinado en la cárcel de Caseros en 1992) y Estela Velázquez (mamá de Matías Bárzola, fusilado por el gatillo fácil en 2003), en representación de los Familiares de Víctimas militantes de CORREPI:

Compañeros:

Allá por los años ’90, la Masacre de Budge y la muerte de Walter Bulacio, fueron el punto de inflexión que nos llevó a formar CORREPI: una organización antirrepresiva independiente, que denuncia los DDHH violados por el estado, específicamente en el marco de su política represiva dirigida a la clase más pobre, con el gatillo fácil en las calles o la tortura y la muerte en cárceles y comisarías.

Vivimos en un sistema de explotación y opresión que el único futuro que ofrece a los pibes pobres es la droga, la cárcel, morir torturado en una comisaría o con un balazo en el barrio.

En la Argentina hay una continuidad histórica de represión, con gobiernos dictatoriales y seudodemocráticos de distintas banderías que usan “el gatillo fácil” como una forma de control social. Es una forma más que tienen los gobiernos para meter miedo y sumisión.

En 1996 la entrega de nuestro 1º archivo computó 262 victimas. Desde esa fecha al día de hoy el número fue incrementándose hasta llegar a sumar 2334 casos. Un gran porcentaje de son jóvenes y pobres, los que deben ser disciplinados, y por eso la policía los reprime, los persigue, los tortura y los mata impunemente.

Año tras año, llegamos a esta plaza (que según dicen es la del pueblo) a presentar el archivo de víctimas asesinadas por las fuerzas de seguridad del estado. Año tras año probamos, con la crudeza de los números, que no importa quién gobierne en un estado con ricos y pobres: mientras gobiernen los pocos ricos, a los pobres nos seguirán matando.

Durante estos cuatro años y medio, este gobierno, autodenominado, “paladín de los derechos humanos”, mato a 847 pibes. Fiel a la visión kirchnerista: con un ojo critica a los militares retirados, mientras que con el otro apunta a las clases más humildes. Ese gobierno mentiroso que terminó esta semana, garantizando que el que empezó el lunes sea un pleno continuador de esta política represiva.

El gobierno de Kirchner ha cooptado a muchos adeptos que antes se hacían llamar revolucionarios y contestatarios, que se le unieron buscando rédito político y económico, y ahora son cómplices de todas las injusticias que sufrimos desde el estado.

CORREPI no diferencia si las víctimas de la represión del estado eran militantes o pibes de barrio, profesor o cartonero, o si habían cometido algún delito. La vida tiene valor y todos merecen que sus derechos sean respetados y defendidos frente al estado asesino. No admitimos que haya víctimas de primera y de segunda.

Los familiares de las victimas de la represión estatal organizados en CORREPI estamos consustanciados estas ideas. En todos estos años hemos madurado políticamente. No somos pobres víctimas dolientes que buscamos solidaridad. Somos militantes que aprendimos de la peor manera a conocer a nuestros enemigos. También aprendimos a distinguir a los traidores, a los que dieron la espalda a quienes los respetaban y admiraban, y también a los 30.000 desaparecidos, que lucharon y dieron sus vidas por cambiar el sistema para asegurarnos un futuro mejor y no para chuparle las medias a un gobierno represor y explotador.

También conocemos familiares como nosotros, pero claudicantes, como los que trabajan en la oficina antiimpunidad o las secretarias de DDHH, que como están en un puestito del gobierno no dicen nada en contra del estado que les mató a sus hijos y prefieren callar con tal de conservar sus sueldos o sus subsidios. Nosotros no negociamos la sangre de nuestros hijos por un puñado de monedas. Nosotros decimos: Con el estado represor ¡NADA!, con sus gobiernos de turno ¡NADA!, con los amigos del gobierno ¡NADA!. Esos son nuestros enemigos.

Tenemos que sufrir a una parte de la sociedad reaccionaria y fascista, que con el pretexto de la inseguridad piden mano y condenas más duras y la baja de la imputabilidad a los menores. La excusa de que los delincuentes entran por una puerta y salen por otra es una falacia: si así fuera las cárceles no estarían superpobladas, triplicando su capacidad. La enorme mayoría de los muertos en las cárceles son procesados sin condena, que para la ley “son considerados inocentes”. Los únicos delincuentes que enteran por una puerta y salen por la otra, o directamente ni entran, son los poderosos, y los que usan uniforme para matar en nombre del estado.

Somos totalmente confrontativos con los gobiernos de este sistema, al servicio de la clase burguesa, que nos margina, nos hambrea, nos desculturiza y nos mal informa, con ayuda de los medios. Este sistema que nos asesina a los nuestros y nos niega la posibilidad de una vida con dignidad, trabajo, salud y educación. Estos chupasangre que llegan al poder usando las necesidades de los pobres y nos dan ese mísero subsidio de 150 $ por mes con el cual no se puede paliar el hambre de nadie.

Denunciamos a las fuerzas de seguridad, que quieren disciplinarnos y arrastrarnos a la marginalidad, en beneficio del poder político y económico. Al poder judicial, cómplice y protector de los delitos del estado en contra de los más pobres y desprotegidos. Si no, miren al juez federal de Formosa, que no consideró delito que “el frente para la victoria”, el partido de Cristina Fernández de Kirchner, secuestrara por 10$ los documentos de los tobas y, con la amenaza de que sino votaban a sus candidatos no recibirían más alimento y ninguna otra ayuda, los hacia votar con documentos falsos.

Con el asesinato de nuestros seres queridos, firmamos un compromiso de por vida, de seguir luchando por los derechos de todos por igual. Los poderosos no tienen autoridad moral de juzgar nuestras acciones, ya que el peor de nuestros chicos es mejor que el mejor de ellos.

Nuestra lucha debe ser en las calles, ocupar todos los espacios y exigir justicia para nuestros muertos. Hay que tener bien en claro que el enemigo está en las clases más altas, y no entre los compañeros que padecen las mismas necesidades que todos nosotros.

El gatillo fácil y las demás formas de represión policial no son un problema de algunos, de los que ya perdimos un hijo o un hermano, con el que se debe ser solidario como si se tratara de un asunto ajeno. Es un tema central para la clase, es la forma en que se descarga la represión contra los pobres no organizados, y por eso pelear contra la represión tiene que ser un tema central para todos los militantes y organizaciones de izquierda. Me refiero a los compañeros que son de izquierda en serio, y no a los que hasta hace poco hablaban de socialismo, incluso reivindicaban la lucha armada, y hoy se han unido al gobierno, llaman a votarlo y lo defienden, esa izquierda trucha que nos permite comprender lo que Ernesto “Che” Guevara quería decir cuando hablaba de izquierda burguesa y comunismo capitalista.

A la izquierda de verdad, a los compañeros que sufren y padecen las injusticias del poder y siguen luchando, a los que no renuncian a sus ideales, a los que no se resignan a ser ovejas que van pacíficamente al matadero, les decimos que se organicen contra la represión, que no sólo se violan los derechos humanos cuando un militante es atacado, que el gatillo fácil y la tortura, las detenciones arbitrarias, toda la represión policial de todos los días en los barrios más pobres, es una herramienta del estado capitalista contra el pueblo, y la pelea antirrepresiva tiene que ser un tema central de toda organización al servicio del pueblo.

POR ESO DECIMOS:
• ¡EL GATILLO FACIL Y LA TORTURA SON CRIMENES DE LESA HUMANIDAD!
• ¡LA REPRESION, TAMBIEN EN DEMOCRACIA, ES TERRORISMO DE ESTADO!

POR ESO EXIGIMOS:

• ¡BASTA DE MUERTES A MANOS DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD!
• ¡BASTA DE IMPUNIDAD!
• ¡BASTA DE CRIMINALIZAR LA PROTESTA!
• ¡LIBERTAD A LOS PRESOS POLITICOS!
• ¡BASTA DE PERSECUCION A LOS LUCHADORES SOCIALES!
• ¡APARICION CON VIDA DE TODOS LOS DESAPARECIDOS EN ESTA SEUDO DEMOCRACIA!
• CONTRA LA REPRESION: ¡¡¡ORGANIZACIÓN Y LUCHA!!!

Intervención de los compañeros Nicolás Espósito y María del Carmen Verdú, militantes de CORREPI:

Compañeros y compañeras:

Hoy, como todos los diciembres, estamos aquí, en esta jornada de lucha y de denuncia, para poner a disposición del pueblo nuestro archivo de casos. Y para volver a reafirmar lo que hemos aprendido. Los que viven en el lujo y la abundancia gracias al hambre y la pobreza de las grandes mayorías cuentan con un enorme aparato de opresión, para engañar, domesticar, confundir, disciplinar, y controlar a esas mayorías. Ese enorme y complejo aparato de dominación, al que nos referimos, tiene como fundamento final la represión, y es por eso que es un aparato represivo. Ese aparato represivo es el estado.

Un estado que intenta presentarse como justo e imparcial pero que está al servicio de los ricos y de los poderosos, de esa banda llamada burguesía. Un estado que legisla con o sin coimas a favor de los intereses de la burguesía. Un estado con jueces y legisladores que dicen y escriben el derecho para disfrazar la verdad y que al asesinato por tortura pretenden llamarlo “homicidio preterintencional en concurso ideal con apremios ilegales”, pero que cualquier ser humano honesto sabe perfectamente que se llama tortura. Legisladores y jueces que están para eso, para convencernos de que el estado es un mediador neutral de los conflictos y no el aparato de opresión y dominación al servicio de los intereses de la burguesía.

Jueces que defienden el interés de los amos como la Sala VII de la Cámara en lo Criminal que recientemente procesó a los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses S.A., del grupo Clarín, argumentando entre otras cosas que los derechos de los trabajadores garantizados por el art. 14 bis de la constitución no tienen primacía sobre el santo derecho de propiedad, del multimedios Clarín.

Un estado que simula combatir lo que llama delincuencia, cuando la realidad es que el delito es una actividad empresarial y comercial con diferentes ramas, regidas por las leyes capitalistas del lucro y la ganancia como valor supremo. Una empresa, que como toda empresa, pertenece a sectores de la burguesía y funciona bajo la protección del estado. Y como toda empresa, tiene sus verdaderos dueños, sus inversores anónimos, sus representantes, gerentes, sus capataces, y por supuesto su peones explotados. Muchos de los cuales sirven para pagar el “precio” poblando las cárceles junto a otros miles de procesados sin condena.

Esos centros de encierro y tortura llamadas cárceles, donde cada tanto se produce una masacre como la ocurrida en Santiago del Estero, en Magdalena, en Coronda, en Libertador San Martín, Córdoba, donde las condiciones de habitabilidad, de alojamiento, de maltrato, tienen tal grado de salvajismo que hasta los propios organismos del estado, los defensores oficiales, las comisiones de la memoria, de vez en cuando tienen que horrorizarse y sacar algún informe diciendo que “esto no puede ser”, como si el estado del que forman parte no fuese el responsable de semejante situación. Es indudable que estamos hablando de una política de estado. De un estado que debe garantizar su razón de ser, gobierne quien gobierne.

El gobierno de Néstor Kirchner ha sido el encargado de relegitimar la dominación burguesa, y las facultades represoras del estado y para hacerlo se ha valido, entre otras cosas, de la farsa de los Derechos Humanos. Su consigna ha sido: toda la represión necesaria, con todo el consenso posible. Si hay miseria que no se note y si hay represión, menos todavía.

La represión del estado argentino, bajo la gestión kirchnerista, ha sostenido el control y el disciplinamiento social mediante el gatillo fácil, las torturas en cárceles y comisarías, las razzias y las detenciones arbitrarias, entre otras medidas como la saturación policial y el uso de gendarmería y prefectura para militarizar los barrios. También ha desarrollado la represión política mediante el hostigamiento a las organizaciones populares, las amenazas, las persecuciones, la criminalización de la protesta, la represión en movilizaciones, el uso de patotas gubernamentales y patronales, las causas penales y el encarcelamiento por razones políticas.

Como venimos denunciando desde el primer día de su asunción, allá por mayo de 2003, el gobierno que se fue ha sido uno de los más efectivos ejecutores de la represión estatal. Para eso, se ha valido de múltiples herramientas para llevar adelante los planes represivos pagando el menor costo político posible.

Así por ejemplo, cuando las patotas reprimen a los trabajadores en lucha, dicen que son internas sindicales; cuando secuestran o hacen desaparecer personas, dicen que es “la derecha”; cuando aprueban leyes represivas, dicen que son las de Blumberg; cuando las fuerzas de seguridad torturan y matan, dicen que son “los resabios de la dictadura”… pero nada de esto es así. Las patotas, las leyes represivas, la policía y demás fuerzas represivas son las del estado burgués que encabezan los Kirchner, la derecha que está en la rosada.

El tratamiento mediático ha sido clave para generar consenso a la hora de reprimir. La cruzada por la seguridad, la campaña contra los cortes de rutas y contra toda manifestación popular, en especial de los trabajadores organizados, llegando a acusar de “terroristas sanitarios” a los trabajadores del hospital Garrahan, ha contribuido a instalar la presencia policial y la represión como una política “deseable”. Pero sin dudas, un rasgo distintivo de este gobierno ha sido el uso del discurso supuestamente en defensa de los derechos humanos. En este aspecto, toda su política también ha sido parte integrante del plan para conseguir mayor consenso y aplicar sin mayores escollos la represión estatal.

Pero no sólo se ha limitado a reprimir en su propio país, sino que también, y por pedido expreso de EEUU, además de aprobar las leyes antierroristas, ha enviado y mantiene tropas en Haití para reprimir al pueblo hermano. Por si todo esto fuera poco, ha sido el gobierno que más presos políticos ha tenido desde 1983, y el que más jóvenes y pobres ha matado.

El gobierno que se fue dejó 847 muertos en 54 meses de gestión, es decir, más de 16 por mes. Néstor Kirchner, Aníbal Fernández, sus policías, sus prefectos, sus gendarmes y sus penitenciarios nos mataron un pibe cada 40 horas en sus cuatro años y medio de gobierno.

Desde diciembre de 1983 los gobiernos “democráticos” mataron, desaparecieron, torturaron hasta morir o masacraron en cárceles y movilizaciones a 2334 personas. Más de la mitad tenían menos de 25 años. La abrumadora mayoría eran pobres. Casi el 60% fue fusilado por el gatillo fácil. El 30% murió en cárceles y comisarías. Desde 1995 hasta 2007, 51 compañeros cayeron bajo las balas de fuerzas provinciales o federales en marchas y movilizaciones populares.

Hace unos pocos días, Néstor Kirchner traspasó el gobierno nacional a la actual presidenta, Cristina Fernández. Como es sabido, y quedó demostrado con la composición del nuevo gabinete, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es el gobierno de la continuidad. Continuidad de toda una política proimperialista y antipopular. Continuidad, también, de la política represiva dirigida, siempre, contra los trabajadores y el pueblo.

La política represiva hacia las luchas obreras, del gobierno de Kirchner, cuyo último muerto fue Carlos Fuentealba, tuvo su primer muerto cuatro años atrás en Jujuy, con el asesinato del compañero Luis Marcelo Cuellar. Uno de los responsables del asesinato de Luis Marcelo Cuéllar es ahora un funcionario privilegiado del gobierno kirchnerista.
El gobierno que viene, ha designado como presidente de la cámara de diputados, expresando explícitamente que es un premio por ser el primer kirchnerista declarado, al ex gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner. El hecho de que el actual titular de la cámara de diputados haya sido el primer gobernador en asesinar a un militante durante una movilización popular marca claramente también el carácter continuista de la nueva presidenta.

Una presidenta que se presenta más francamente proimperialista y representante de la burguesía, que viene a instrumentar el Pacto Social con la clara intención de amordazar las luchas obreras, apelando a los aliados históricos de las patronales: la burocracia sindical. Y bien sabemos que detrás de la mordaza está el garrote, y que cuando las mentiras de los números y la farsa de los acuerdos no funcione, vendrá la represión contra los trabajadores que se organicen para pelear por sus derechos, desde abajo e independientemente de las burocracias sindicales

Esta presidenta, luego de la tarea de “normalización” llevada a cabo por su esposo y de la gran campaña que han hechos los medios en torno al tema de la seguridad, llega con el camino allanado para avanzar en la otra vertiente de la represión. Aquella que surge del brutal sometimiento y la ensañada persecución con que toda sociedad de clases humilla, persigue y castiga a los sectores más vulnerables. A esos miles de hombres y mujeres que el propio sistema construye como ejército de reserva, como ejército de desposeídos hasta de los más elementales bienes, y sobre los que descarga sus prácticas de disciplinamiento y control social.

Esa represión que suele ser invisibilizada por los medios y naturalizada por la conciencia de la “gente bien”, aplica la pena de muerte y la tortura a uno de los delitos más graves que existe en la Argentina: ser joven y pobre.

Es por todo esto que desde CORREPI creemos firmemente que la única respuesta posible frente a las políticas represivas del estado es la organización y la lucha. Sin establecer jerarquías entre las víctimas, entre el pibe de barrio y “el militante”.

Priorizando el objetivo, no de victimizarnos o de sumar fechas conmemorativas, sino de desenmascarar el verdadero rostro de la represión, su verdadero sentido y propósito.
Priorizando la unidad de acción en la lucha para desnudar el carácter de la represión. Porque el único sentido de la memoria es la posibilidad de comprender el presente de esta inhumana sociedad de hoy, dividida en clases, hipócrita y feroz. Es la verdadera memoria y la necesidad de denunciar y luchar contra la represión estatal en cualquiera de sus formas la que nos permite hoy estar aquí para reafirmar que:

No es un policía es toda la institución,
El aparato represivo es el estado,
Contra la represión, ¡organización y lucha!.