Un día como hoy, hace 3 años, caía baleado de un tiro en la cabeza Kevin Molina en la manzana 4 de la Villa Zavaleta, en uno de esos tiroteos que se cocinan en los barrios privados pero terminan en las barriadas populares; de los que luego hacen pasar simplemente como un ajuste de cuentas, y después borran del mapa porque “total, se mataron entre ellos”. Tenía nueve añitos. ¡Nueve!, que hoy deberían ser doce.
El 7 de septiembre de 2013 dos bandas que nada tenían que ver con la Zavaleta, la eligieron como campo de tiro para enfrentarse desde las 08:25 hasta las 09:02. Los vecinos y vecinas se agacharon bajo las ventanas, y se escondieron donde pudieron, igual que Kevin. Cuando terminó la primer tanda, hubo ocho llamados al 911, pero no hubo mayor respuesta que “ahora mandamos un móvil”.
Como el móvil nunca llegó, se acercaron a la garita de la Gendarmería Nacional ubicada en la calle Iriarte para exigir su intervención. Los uniformados se acercaron a la plaza, vieron las vainas, y se retiraron.
Minutos después, empezaba la segunda tanda. Ahí es donde lo matan al petiso.
“Nos mataron a Kevin, la concha de su madre”, escribieron los compañeros y compañeras de La Garganta Poderosa. Y todos puteamos y lloramos con ellos.
Se preguntaban, entre otras cosas: “¿Fue culpa de los narcos? ¡Vayan a buscarlos donde guardan sus barcos! ¿O van a proponer más uniformados? ¡Para qué mierda están por todos lados! ¿O van a decir que fue el ‘contexto de peligrosidad’?”. Y como era de esperarse, casi como si les respondieran, los medios hegemónicos salieron a decir que lo mató una “bala perdida” producto de un enfrentamiento, y nada más. Eso fue todo, para ellos y para quienes los leyeron.
[Que flor de quilombo hubieran armado si era un pibe de Recoleta, ¿no?]
Pero como dijimos en su momento, y con cada caso que buscan tapar, no se puede hacer como que no pasó nada, porque hay hechos, y los hechos son los que cuentan la historia.
Bala perdida dijeron, y punto. ¿Y eso qué significa? ¿que la bala tenía otro objetivo? ¿y eso cómo explica que igualmente hubiera un nene de nueve años muerto?
Seamos claros. Las balas no se pierden: se gatillan. Si van para todos lados es porque les dieron luz verde en el lugar. ¿Sino por qué se fueron al ver los casquillos la primera vuelta? No hace falta hablar más: la Gendarmería sabía, y liberó la zona.
Este domigo 11/09 se van a realizar actividades desde las 11:00 en la plaza Kevin del barrio Zavaleta, llamada así no por él, sino por un nene de su mismo nombre que había sido asesinado en una situación igual, años atrás.
Precisamente porque Kevin no fue el primero, ni tampoco el último, vamos a acompañar una vez más, a sus familiares, amigos y a las organizaciones convocantes, en una jornada de lucha más.
Por los y las que ya no están, y los que estamos.
LAS CALLES SON NUESTRAS