Hoy se realizó la anunciada reunión entre el “presidente” de Brasil, Michel Temer, y su par argentino Mauricio Macri, quien lo recibió en la Quinta de Olivos con el temario puesto en profundizar las relaciones económicas y los acuerdos políticos entre ambos países.
Junto a Temer, viajaron sus ministros de Justicia, Relaciones Exteriores, Desarrollo, Industria, Comercio Exterior, Defensa y Seguridad Institucional. Trataron la eliminación de barreras en el comercio bilateral, la firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea, la situación del Mercosur, el orden de la seguridad en las fronteras, y la necesidad de coordinar la “lucha contra el crimen organizado”.
Pasó poco más de un mes, desde que el Senado Federal del país vecino falló a favor del impeachment (juicio político) que destituyó al gobierno de Dilma Rousseff, y consagró otro más de los golpes de Estado “blandos” que se desarrollaron en el continente durante los últimos años, como fueron los casos de Honduras en 2009 y Paraguay en 2012. Temer asumió de facto, y la derecha avanzó un casillero más en la restauración conservadora en América Latina.
Las primeras 72 horas después del golpe dejaron bien claro para qué asumió: antes de viajar a la cumbre del G20, Temer exhortó a su tribuna a “readecuar las relaciones entre los trabajadores y empresarios”; anunció una reforma constitucional y las primeras medidas de ajuste, que incluían la suba de precios y la privatización de empresas nacionales; como broche de oro, a los tres días mandó a reprimir las manifestaciones de repudio en siete ciudades al mismo tiempo, con un saldo que dejó decenas de heridos y detenidos.
¿Suena familiar? Y sí. Macri fue uno de los primeros en salir a apoyarlo, y a reivindicar la destitución como un proceso “democrático”. El propio Temer fue aún más preciso, en diálogo con el diario Clarín: “Pensamos de la misma manera. Eso va a facilitar mucho las cosas”. De eso, no nos cabe duda.
La reunión terminó, pero el ajuste y la represión siguen, en ambos países. Nuestra tarea es que la lucha crezca y se fortalezca, para que las y los miles que somos en las calles, nos encontremos mirando para el mismo lado.
¡Fuera Temer de Argentina!
¡NO al golpe de Estado en Brasil!