Nicolás Soriano, el joven baleado por un policía federal en Carlos Calvo y Jujuy el 21 de diciembre de 2016, falleció hoy.
Se llamaba Nicolás, y el 21 de diciembre lo fusilaron. Disparó un policía, pero el estado es responsable.
Por días estuvo en una cama de hospital con la compañía de los efectivos que el juzgado había puesto para custodiarlo, y los militantes de CORREPI que no lo dejaron solo.
Le quisieron robar el nombre, la identidad, la vida.
Pero Nicolás fue más fuerte que las balas y hasta hoy dio pelea. Encontramos a su familia y ya no estuvo solo.
Hoy se nos fue. Se nos cierra la garganta, duele el pecho, nos llenamos de bronca y odio.
Nos duele que este estado represor nos haya arrebatado otro pibe, pero vamos a transformar ese dolor en lucha, porque nos queda el consuelo de haberle devuelto el nombre y lograr que su familia lo haya podido acompañar.
Transformamos este dolor en lucha, y la tristeza en organización, porque aunque el nudo en la garganta apriete, no vamos a dejar de gritar que el estado es responsable.
Por Nicolás y por todos los pibes asesinados por el aparato estatal.
¡Unidad, organización y lucha!