El 16 de octubre de 2016 en el partido de San Miguel, una patota que hostigaba reiteradamente a Analía Eva “Higui” de Jesús, la atacó para “enseñarle a ser mujer” por ser “lesbiana”. Ella se defendió, sacó un cuchillo e hirió de muerte a uno de los agresores.
Quedó inconsciente, producto de los golpes y las heridas, y despertó recién bajo la luz de una linterna de policía. Desde ese momento, Higui se encuentra detenida, acusada de homicidio simple, y sus atacantes libres.
¿Por qué Higui está presa y no la patota de machos que la hostigó, golpeó, e intentó violarla?
Entendemos que su detención es responsabilidad del Estado, que impone la heterosexualidad y reprime desde sus instituciones, para garantizar los intereses de su clase, dentro de los cuales no tienen lugar aquellas y aquellos que difieren de la sexualidad “normal” reproductiva; que no quieren ser forzadas ni forzados a la institución familiar, o a la fórmula binaria papá-mamá, novio-novia, hombre-mujer.
Una vez más, el Estado ejerce la violencia contra las víctimas del machismo. El testimonio de Higui no fue suficiente para la policía, que la privó de la revisión médica y se rió en su cara poniendo en duda su testimonio. Ni para los jueces, quienes decidieron tomar en cuenta las declaraciones de los agresores, negando la legítima defensa ante un intento de violación y tentativa de homicidio, para procesar a Higui por homicidio simple.
El derecho a defenderse parece exclusivo de ciertos sectores sociales –clase alta, varones- y aceptable siempre y cuando se ejerza para preservar la propiedad privada.
Por eso este miércoles 26/4, movilizamos desde las 09:00 frente a la UFI N° 25 de Malvinas Argentinas, para exigir:
¡Libertad a Higui!
¡Basta de perseguir a la disidencia sexual!
No a la criminalización de las víctimas
¡Basta de represión!
¡El Estado es responsable!