¿Cómo reaccionarías si te cuento que hace exactamente cuatro años fallecía “Carlitos” Abregú, después de pasar dos meses y diecisiete días en terapia intensiva? ¿Y si además te cuento que el mismo día que lo hirieron a Carlitos, lo mataron a su amigo, Emanuel Ojeda?
Un Peugeot y una moto los interceptaron. No sabían que eran agentes, en ningún momento se identificaron. El federal Alejandro Aguirrez Manzur justificó su accionar por un supuesto intento de robo de una moto, luego dispararía seis. Leíste bien, seis veces a Carlitos, por la espalda. E hirió de muerte a Emanuel.
¿Detalle de color? Los tres policías imputados fueron defendidos directamente por seis abogados de la Dirección de Asuntos Jurídicos dependiente del ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich. ¿Cómo que el ministerio les asignó asesoría legal propia? Y sí. Aunque te sorprenda, te juramos que nos pasa seguido. Además del gatillo, nos quieren hacer pasar de queruza la absolución fácil.
“Le dieron veinte años. No nos devuelven la vida que este tipo se llevó, ni aunque lo hubieran condenado a cien años”, dijo Gloria, mamá de Carlitos, compañera nuestra. ¿Es este un caso aislado? No. El último año, las fuerzas de “seguridad” mataron a más de doscientos pibes y pibas. El 45% ocurrieron en las barriadas populares del conurbano bonaerense. La mayoría tenían entre quince y veinticinco años.
Nuestra conclusión es la de Gloria: “vamos a seguir en la lucha, por los demás chicos”. ¿Cuál es la tuya?
¡Basta de gatillo fácil!