El 13 de octubre del año pasado, en una estación de servicio de Benavidez, el chofer del Centro de Operaciones de Tigre (COT) Héctor Eusebio Sosa, secundado por Gustavo Castillo -de la policía Bonaerense- golpearon brutalmente a José Ojeda, un repartidor de harina que pidió si podían correr el patrullero para continuar con su trabajo. Ante esta situación, tres compañeros intercedieron para defenderlo y fueron detenidos junto a Ojeda por “resistencia a la autoridad”.
Sosa no es un “loquito suelto” ni tuvo un “exceso” ese día. Como siempre decimos, no son casos aislados. Héctor Eusebio Sosa, como cabo 1° de la policía Bonaerense fusiló a tres pibes entre 1999 y 2006. En febrero de 1999 asesinó a Víctor “Frente” Vital, de 17 años, a pesar de estar agachado y con las manos en alto, gritando “no tiren que me entrego”; Sosa disparó cuatro veces, que impactaron en el tórax, en la cabeza, en la axila y en la mano con la que se cubría la cara.
Y después tuvo total impunidad por este hecho. No solo fue absuelto, sino que el Estado lo premió con el ascenso a Sargento.
En la Nochebuena de 2006 volvió a matar. Esta vez, a Jonathan Lorenzo, de 19 años, y a Jorge Martínez, de 24, quienes iban en moto junto a otro pibe. Sosa los persiguió en patrullero, y no solo les vació su cargador entero, sino que también les disparó con el arma de su compañero. Jonathan recibió tres disparos en la espalda y Jorge otros tres en la nuca. Y adivinen qué: también fue absuelto.
Ése es Sosa, viejo enemigo conocido para nosotros. Pero a José Ojeda también lo golpeó Gustavo Leonel Castillo, un sargento de la policía Bonaerense, que se aprovechó de la impunidad que le da el uniforme.
Sin embargo -y esto vale la pena remarcar para situaciones futuras-, gracias a que el hecho fue filmado y se viralizó rápidamente, con la solidaridad de los vecinos, y la fuerza de la movilización popular, finalmente sentamos en el banquillo a Sosa y Castillo.
Por eso convocamos a todos y todas a concentrar los días 28 y 29 de agosto en la estación de San Isidro para movilizar al Tribunal N°3 de San Isidro; tribunal que tiene un gran historial en materia de garantizar la impunidad a represores (el mismo que absolvió a Sosa en 2005 por el homicidio al “Frente” Vital).
Por José, pero también por el Frente, por Jonathan, por Jorge y por todas y todos los pibes asesinados por el aparato represivo del Estado, ganemos las calles. Porque sabemos muy bien que el único camino para lograr una condena y ponerle un freno a la impunidad y la represión es la organización y la lucha en la más amplia unidad.
¡CÁRCEL COMÚN Y EFECTIVA PARA SOSA Y CASTILLO!