Hoy se cumplen tres años del fusilamiento de Mauro Rodríguez y veinticinco de la muerte por torturas de Sergio Duran.
Mauro tenía 23 años cuando fue fusilado por el policía Matías Frías.
Sergio tenía 17 años cuando fue detenido por averiguación de antecedentes y llevado a la Comisaría 1ª de Morón. Doce horas después, murió camino al hospital.
En el juicio sobre las torturas a Sergio Durán se comprobó que utilizaron picanas eléctricas y fue la primera vez que quedó constancia de esto en un juicio desde 1983. Las torturas en democracia existieron y existen. CORREPI lo mostró y nadie lo pudo negar. Por eso hay tres condenados a prisión perpetua y dos prófugos.
A Maurito y a Sergio, al igual que a los más de 5.000 asesinados y asesinadas por el aparato represivo del estado. Los fusilaron por usar visera, por parar en la esquina, por ganarse el pan vendiendo en la calle y por no agachar la cabeza ante ningún policía. A Maurito y a Sergio los mataron por por pobres.
¡No los perdonamos!
No les perdonamos haber dejado a la hija de Mauro sin su papá.
No les perdonamos haber dejado a esas madres sin sus hijos.
No les perdonamos que sigan asesinando pibes y pibas.
No les perdonamos ni nos olvidamos de ninguno, los vamos a seguir persiguiendo, le vamos a pisar los talones cada día, el resto de sus días a todos los asesinos que nos arrebatan la vida de nuestra gente.
Por Mauro, por Sergio y por todos los pibes y las pibas asesinados y asesinadas por el aparato represivo del estado.
¡Mauro y Sergio PRESENTES!
¡Ahora y siempre!