Sobre el premio a los policías “por actos heroicos de servicio”
El gobernador Ruckauf es un hombre consustanciado con la integración regional. A través del Decreto 2951 ha pretendido emular al socio mayoritario del Mercosur, Brasil. En especial ha imitado a su par del Estado de Río de Janeiro, Marcelo Allencar, que en materia represiva ha sido todo un precursor. Así es que en 1996 la policía carioca recibía de parte del ejecutivo estadual un incentivo financiero (promociones, premios y bonificaciones en efectivo y en créditos) por bravura en el cumplimiento del deber.
Este método que fuera definido por James Cavallero de Human Rights Watch para Brasil como incentivo para matar, provocó que en 1996 el promedio de casos de gatillo fácil en la Cidade Maravilhosa aumentara de 3,2 a 20,55 % mensual.
Eso sí, los 117 policías bravíos premiados del 96 estuvieron involucrados en la muerte de 73 civiles.
Ruckauf, como el mano dura brasileño antes, ha echado a rodar la muerte por promesa remuneratoria, y eso en el derecho argentino (en el de Brasil también) se llama asesinato, aunque tenga el beneplácito del Estado.
Daniel A. Stragá (CORREPI)