CORREPI - Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional

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EL HOMICIDIO DE JOSE GUILLERMO RIOS

24.01.04

La Historia Oficial
La historia oficial esgrimida por el Sargento Hugo Alberto Cáceres y el Sargento 1º Marcelo Puyo de la Policia de la Provincia de Buenos Aires, sostiene que el día 11 de mayo del año 2000, siendo aproximadamente las 20.30 hs., cuando se encontraban viajando en un automóvil, ambos francos de servicio, al llegar a la intersección de las calles Juana de Arco y Reconquista de la localidad de Talar, son abordados por dos jóvenes quienes intentan asaltarlos.
En dichas circunstancias, sostienen estos policias, al darse cuenta los jóvenes de su condición de personal de la fuerza de seguridad, los empiezan a agredir con disparos de arma de fuego. Cáceres y Puyo han dicho que uno de los jóvenes portaba un pistolón y una pistola, y el otro una escopeta. Esto motivó, siempre según la versión policial, que se vieran obligados a desenfundar sus armas reglamentarias y repeler la agresión. Asimismo, esto generó una persecución de los jóvenes, finalizando a escasas cuadras, cuando uno de los supuestos asaltantes, quien luego se determinó era José Guillermo Rios de 16 años, intentó ocultarse en un taller mecánico de la calle Gral. Pacheco y Juana de Arco. En este sitio fue ultimado por los funcionares policiales, quienes dijeron haber repelido la agresión de este jóven.
Concretamente dijeron que cuando llegaron al taller, Cáceres fue hasta el fondo del predio en busca de uno de los jóvenes, mientras Puyo buscaba en la entrada cerca de unos autos estacionados. Es ahí que Puyo, en la entrada del predio, escucha un disparo y ve a varios metros un fogonazo, respondiendo con varios disparos.
Tres proyectiles de bala calibre 9 mm. ingresaron mientras Jose ofrecía su costado lateral derecho a los policías. La trayectoria de todos los disparos es de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante.
En dicha condición, los agentes se comunicaron casi una hora y media después a través del radio con la comisaría 3era de Tigre y el Comando Patrullas de la misma localidad (sedes donde revestían los mismos) pidiendo refuerzos.
Las pruebas del homicidio
Sin embargo, la versión policial se encuentra contrariada en varios puntos.
En primer lugar, al lado del cuerpo del jóven Rios son halladas dos armas, una pistola calibre 9 mm. de numeración limada y un pistolón calibre 14 que luego se determinó era inservible, ya que de acuerdo a las pericias se pudo determinar que con él no se podía disparar.
Por otra parte se presentó en la causa un testigo (cuya identidad se mantiene en reserva hasta el momento), que afirmó que un tiempo antes el Sargento Cáceres lo habia detenido y lo habia despojado de una pistola calibre 9 mm. de numeración limada, dando una descripción detallada de dicha arma. Es así que el Fiscal a cargo de la investigación le hace reconocer la pistola 9 mm secuestrada cerca del cuerpo del jóven Rios, junto con otras pistolas de las mismas características y el testigo reconoce el arma secuestrada como la que le fuera sustraida.
Otro dato a tener en cuenta fueron las sospechosas irregularidades al momento del levantamiento de rastros. Entre otras cuestiones, los funcionarios policiales y judiciales que fueron al lugar del hecho, levantaron todas las vainas servidas sin identificar de dónde levantaban cada una. Esto imposibilitó determinar dónde estaba cada vaina y por ende establecer desde dónde ni quién disparó.
Lo que si se pudó establecer era que la versión policial era poco creíble. Ellos dijeron haber sido agredidos por dos jóvenes, quienes supuestamente dispararon hacia los policias, uno con la pistola 9 mm (ya que el pistolón no funcionaba) y otro con una escopeta. Pero a pesar de esta circunstancia, ni el auto en el que viajaban, ni los policias sufrieron el más mínimo daño.
Por otro lado los policias afirman que ambos repelieron la agresión con sus armas reglamentarias y que dispararon en numerosas oportunidades. Sin embargo sólo se encontraron 3 vainas servidas de la pistola reglamentaria del Sargento Puyo, y ninguna vaina servida del arma de Cáceres. Lo que si se encontró fueron 6 vainas servidas de la pistola 9 mm que fuera encontrada cerca del cuerpo de Rios.
Además aparecieron en la escena de los hechos municiones calibre 12.70 que no se condicen con ninguna de las armas secuestradas en autos. Esto en un principio avalaba la versión policial de que uno de los jóvenes tenia una escopeta, pero lo que se pudo determinar luego del allanamiento en la casa del Sargento Cáceres fue que estos cartuchos fueron “sembrados” por el personal policial a los efectos de mejorar su situación procesal armando un relato de los hechos que los favoreciera. ¿Cómo se llegó a esa conclusión?: En la casa de Cáceres se secuestraron dos escopetas registradas a su nombre, y se determinó mediante una pericia que varios de los cartuchos encontrados habían sido disparados por esas escopetas.
Otro dato que llevó a los investigadores a desarticular la versión policial, fue que en el lugar del hecho, en el fondo, se encontraron 2 vainas servidas de 9 mm. Según Cáceres y Puyo, el único que fue hasta el fondo fue el primero, ya que Puyo se puso a revisar la entrada del lugar, donde habia varios autos estacionados y ahí (según ellos) se produce el enfrentamiento con Rios y su posterior deceso.
Pero, si ninguna vaina servida del arma de Cáceres fue encontrada y al mismo tiempo se encuentran 2 vainas en el fondo, lugar donde sólo fue éste, se colige que evidentemente Cáceres estaba disparando con el arma con numeración limada. Hipótesis apoyada por la declaración del testigo de identidad reservada.
Esta hipótesis es avalada también por otro hecho. Según las constancias de la causa se encuentra una vaina 9 mm a centimetros del auto de los policias, del lado que iba el Sargento Cáceres. Esa vaina no es del arma de Cáceres (ya que no se secuestró ninguna), por lo que se entiende que es del arma con numeración limada; si esto es asi y esa arma la tenia Rios, ¿cómo es que no le acertó a ninguno de los policias ni al auto, siendo que estaba a centimetros del mismo?. La única respuesta es que esa vaina es producto de un disparo efectuado por Cáceres, con el arma de numeración limada.
A esto debe sumarse el hecho de que Rios aparece muerto entre dos autos, casi debajo de uno de ellos, como escondido. Además de esos dos autos, en el lugar habia varios más, uno al lado del otro. El Sargento Puyo dice que efectuó cerca de seis disparos, a varios metros de distancia, hacia el lugar donde se encontraba Rios. Si esto es así hay cuestiones que no cierran: a) que le haya acertado tres disparos a Rios y ninguno a los autos, teniendo en cuenta que los mismos estaban a centimetros de distancia entre si, y el fallecido en el medio; b) que no se hayan encontrado ningún plomo de los seis disparos efectuados por Puyo, y c) que el cuerpo de Rios haya quedado entre los dos autos, prácticamente metido debajo de uno de ellos.
Otro hecho que quedó acreditado en la causa, es que la persecución del jóven Rios comienza aproximadamente a las 21 horas, de acuerdo a los distintos testimonios recogidos en la causa. Sin embargo el Sargento Cáceres y el Sargento Puyo solicitan refuerzos despues de las 22 horas, refiriendo que estaban manteniendo enfrentamiento armado. Es decir, se comunicaron pidiendo refuerzos más de una hora después del hecho, tiempo en el cual evidentemente armaron la escena del crimen para hacer creible la tesis del enfrentamiento.
La información que terminó por convencer a los investigadores de la falsedad de la teoría policial fue la aportada por el periodista Ricardo Ragendorfer. Este periodista se entrevistó tiempo después del homicidio de Rios con el Sargento Cáceres a fin de hacer una nota para la revista Gente. En esta entrevista, que trataba sobre la seguridad en la Zona Norte del Gran Buenos Aires, el Sargento Cáceres le manifestó que él tenia controlada su zona de influencia y que alli no se cometian practicamente delitos.
A preguntas del periodista, Cáceres se comenzó a explayar y le terminó confiando que él controlaba su zona de influencia con mano dura, quejándose de los organismos de derechos humanos que reclaman por los jóvenes muertos. En un momento inclusive (según el periodista) exhibió un afiche de la CORREPI donde se reclamaba justicia por los jóvenes asesinados en la zona, y Cáceres indignado manifestó que en el afiche colocaban fotos de cuando eran niños, con cara de angelitos, y para reafirmar este concepto sacó un cuaderno donde habia infinidad de fotos de jóvenes, tomadas en descampados, con claros signos de haber sido golpeados.
Tomando como ejemplo uno de los jóvenes (cuya foto estaba tanto en el afiche como en su cuaderno) hizo ver esto al periodista, haciendo notar la diferencia de edad y diciendo “este ya es boleta” (SIC). Según Ragendorfer, este jóven era José Guillermo Rios.
Toda esta serie de pruebas que contradecian de manera evidente la versión policial y demostraban que al momento de ser asesinado el jóven Rios estaba desarmado, llevaron al Fiscal a ordenar el allanamiento en la casa de Cáceres y la detención tanto de éste como de Puyo.
¿Un Escuadrón de la Muerte?
En la causa de referencia se está investigando a estos policías por el homicidio de José Guillermo Rios y se sospecha que existen otros numerosos hechos de igual envergadura en que policías de la zona comandados por Cáceres forman un grupo para-policial, organizado como una agencia de seguridad (que por supuesto no se encuentra registrada como tal en el Ministerio de Seguridad provincial) que con la excusa de proteger la propiedad privada de los vecinos, cobra un canon mensual y aleja a los delincuentes de su zona de influencia, a través de amenazas, desapoderamiento del botín y de las armas y en algunos casos, su ejecución.
En el allanamiento se secuestraron diversos elementos, que son contestes con esta sospecha y con los dichos del periodista Ricardo Ragendorfer quien refirió en su declaración ante el Fiscal que la casa de Cáceres se asemejaba a una Comisaría, con armas, equipo de comunicaciones, chalecos antibala, etc..
En concreto se secuestró en el allanamiento:
 ESCOPETAS que a través de una pericia se determinó que eran las armas que habian percutido los cartuchos calibre 12.70 que se habian diseminado en el lugar del hecho para armar la teoria de que Rios estaba acompañado por otro menor que tenia una escopeta recortada. Es decir, los cartuchos sembrados en la escena del crimen habian sido disparadas por escopetas que se secuestraron en la casa de Caceres.
 ARMAS Y MUNICIONES DE TENENCIA ILEGITIMA. Entre las que se encuentran escopetas recortadas por debajo del limite legal y balas de puenta hueca de tenencia prohibida.
 FOTOS CON TOMAS DE JOVENES GOLPEADOS, ESPOSADOS EN DESCAMPADOS Y ALGUNOS QUE PODRIAN ESTAR MUERTOS. Estas fotos fueron reveladas por el Fiscal, estaban en rollos de fotos escondidos en la casa de Caceres. Esto además es conteste con lo testificado en la causa por el periodista Ricardo Ragendorfer quien dijo que le fue exhibido un album con estas fotos e inclusive bajo algunas fotos el rótulo “abatido”. Este testigo dice también que Cáceres se jactaba de controlar su zona y decía que cuando detenía a un delincuente le decía algo así como “acá no hay lugar suficiente para nosotros dos, o vos o yo”
Además de estos elementos, tanto las investigaciones periodísticas como información aportada por los vecinos indicaban que existían otros casos de homicidios de jóvenes por parte de Cáceres y su grupo. En concreto se pudo determinar la existencia de otras causas abiertas contra el Sargento Cáceres por torturas, homicidios y otros delitos que abonan esta teoría:
1) A Cáceres se lo ha sindicado en numerosas oportunidades como “dueño” de una Agencia de Seguridad Privada clandestina que opera en la zona de Don Torcuato y que se encarga de dar protección a vecinos y empresas de la zona. En virtud de ello, la concejal Carmen Salcedo ha realizado una denuncia que tramita ante la U.F.I. nº 9 de San Isidro, la que se encuentra en trámite y dónde ha arrimado distintos elementos probatorios que acreditarían lo expuesto. Surgiría de esta causa que la persona que realiza las cobranzas de esta “Agencia de Seguridad” sería una persona mayor de sexo femenino de nombre “Irma”, ligada al partido politico de Luis Patti.
2) Ante la U.F.I. nº 7 de San Isidro, tramita la I.P.P. nº 106.413 (4473) dónde se le imputa a Cáceres y a otro efectivo de la Policía Bonaerense el haber dado muerte al jóven Angel Fabián Blanco. Cabe destacar que esta causa orginariamente tramitó en el fuero de Menores por un hecho de robo (en el marco del cual se habría producido el homicidio); en esa causa la propia Jueza de Menores en su fallo llama la atención respecto de las inconsistencias probatorias y de la posible comisión del delito de homicidio.
3) y 4) Otra causa en la que se encuentra implicado ya no sólo Cáceres sino también su esposa, es la caratulada “ROMERO, Alberto Martin s/ VIOLACION” que tramitó, ante la U.F.I. 2 Distrito Tigre. En dicha causa los testigos más importantes (además de las víctimas, que nunca reconocieron positivamente al imputado de manera indubitable) eran Hugo Alberto Cáceres y su Sra. Esposa. Es dable mencionar que atento a las graves irregularidades existentes en esta causa, la madre del imputado realizó una denuncia ante Amnesty International. Asimismo, conforme lo denunciara el propio imputado Alberto Martin Romero, el Sargento Cáceres le habría “armado” la causa pidiendole una suma de dinero para desactivarla y lo habría torturado en el interior de la Comisaría 3º de Tigre, todo lo cual es actualmente investigado por la U.F.I. nº 8 a cargo de la Dra. Maria Emma Prada (las torturas y la extorsion). Finalmente, el Tribunal Criminal nº 3 Departamental que intervino en el debate por la violación resolvió absolver al imputado y mandar extraer testimonios por el delito de falso testimonio respecto de Cáceres y su cónyuge.
5) y 6) Ante el Tribunal Oral en lo Criminal nº 1 de San Isidro tramitan otras dos causas, una caratulada “CACERES, Hugo Alberto s/ Tenencia Ilegitima de Arma de Guerra” por un hecho en el que detuvieron a Cáceres por tener un arma de guerra de manera ilegitima, no registrada a su nombre. La otra causa está caratulada “CACERES, Hugo Alberto s/ Privacion Ilegitima de la Libertad y Amenazas”, por un hecho ocurrido el dia 5 de enero de 2001, cuando el padre de Rios se encontraba pegando afiches pidiendo justicia junto con su hija. En esas circunstancias fue arrinconado por Caceres y Puyo, con el apoyo de otros vecinos y los mantuvieron “detenidos” en la calle, amenzandolos de muerte. Obviamente tanto Cáceres como Puyo estaban armados. Esta causa tramitó originalmente en la UFI 9 bajo el nº 102.819. Estas dos causas serán juzgadas junto con la del homicidio del José Guillermo Rios en el mismo debate oral y público.


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