Hace algunas semanas, CORREPI decidió convocar a un escrache para exponer públicamente la sostenida política de impunidad a los represores del tribunal de casación penal de La Plata. Decíamos en la convocatoria: Cada vez que logramos condenar a un policía torturador o de gatillo fácil, los defensores (oficiales o particulares, pagados por la fuerza) interponen recursos de casación contra las sentencias. El Tribunal de Casación provincial, máxima autoridad judicial en materia penal, está “demasiado ocupado” para confirmar las condenas. Y las pocas veces que se apuran, es para absolver a los policías, como acaba de ocurrir con Juan Antonio Pelozo, el “Mataguachos” de Villa Fiorito, condenado a 13 años de prisión por un tribunal oral de Lomas de Zamora, y rápidamente liberado por la Sala 3ª del Tribunal de Casación.
Pero hoy el mismo tribunal decidió darnos más razones para que los escrachemos. Nos enteramos por los diarios (porque ni siquiera se molestan en notificarnos), que los jueces de la Sala III de la casación resolvieron que era excesiva la pena de 16 años de prisión impuesta por un tribunal oral de Morón al oficial Cristian Alfredo Solana, del Comando Patrullas de Hurlingham, que fusiló por la espalda a Rodrigo Corzo (27) en junio de 2003.
Para el tribunal de casación, 10 años y 8 meses es la pena justa para el policía que, como lo reconocen en el fallo, no tenía necesidad racional de disparar su arma de fuego. Claro que es la pena justa: Justa para que el oficial, con los años que lleva cumplidos, ya pueda ir saliendo con la excusa de algún trabajito (¿en una agencia de seguridad?) y, en un par de meses más, sea definitivamente excarcelado.
Mientras tanto, muchas otras causas siguen esperando que los jueces de la casación se ocupen de resolverlas. Mientras ellos se ocupan de cosas más importantes que un pibe fusilado por un policía o torturado en una comisaría, muchos de asesinos y torturadores vuelven a las calles. Técnicamente, son “procesados que gozan de la presunción de inocencia“.
Por eso, el jueves 17, a las 10:30, vamos a estar llegando a La Plata para marchar desde la estación de tren hasta la sede del tribunal de casación penal, en Av. 7 entre 56 y 57.