CORREPI - Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional

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Boletín informativo nº 550

CORREPI :: 21.03.10

Sumario:
1. Ayer y hoy, los tiempos del estado represor. 2. Tortura en Río Gallegos. 3. Polichorros: Nuevamente salta el botón.
4. Represión a luchadores. 5. Ni confuso ni increíble: es la represión. 6. Próximas actividades.

AYER Y HOY, LOS TIEMPOS DEL ESTADO REPRESOR

Se cumplen 34 años desde que la burguesía diera su golpe militar contra la resistencia y el combate de las fuerzas del pueblo, inaugurando así el proceso conocido como dictadura militar. Pero el comienzo, en términos reales, reconoce su origen tiempo antes de 1976, cuando -en “democracia”- ya los parapoliciales del peronismo lopezrreguista, con las fuerzas de seguridad, iniciaron la persecución y eliminación de militantes populares.

A partir del 24 de marzo, serán las tres fuerzas armadas, instaladas en los órganos de gobierno, quienes -cumpliendo un minucioso plan de exterminio concebido desde las entrañas del poder imperialista- desatarían sobre la clase trabajadora y sus expresiones políticas y sociales, el mecanismo de exterminio más perverso de nuestra historia.

Desaparición, tortura, asesinato, monopolizados desde el estado, para enfrentar el avance de la conciencia popular en el marco de la lucha de clases, potenciadora de la fuerza que siempre anida en la clase trabajadora. No fue obra de unos locos asesinos, criminales sueltos o circunstancialmente al mando de organismos estatales.

En el marco internacional de consolidación del poder capitalista, lo ocurrido en Argentina fue una clara y decidida política de estado destinada a eliminar cualquier obstáculo generado desde las entrañas del pueblo. La concentración de riqueza en pocas manos y la disputa intraburguesa por la hegemonía tuvieron, en las fuerzas armadas argentinas, a sus más celosos soldados. La colosal deuda externa que generaron, legitimada y multiplicada con los indistintos servicios de peronistas y radicales en todas sus versiones, fue y es hoy, su principal rémora y permanente amenaza.

No debe extrañar que, a 34 años, hoy, con el afianzamiento de las instituciones democráticas de la burguesía y alejada toda posibilidad de reinstalación de una dictadura, sin embargo los pobres del país - y sobremanera los jóvenes pobres- sigan cayendo ante el gatillo fácil, la tortura y el crimen en institutos cárceles y comisarías a razón de uno por día. Que la desaparición forzosa con autoría y participación estatal sigan vigentes en los casos de Jorge Julio López, Luciano Arruga, Luciano González y un centenar más; así como que la criminalización de la protesta encuentre en las 52 muertes en marchas y movilizaciones su más categórica continuidad.

Y no debe extrañar porque se trata del mismo estado. Indistinta su fachada a la hora de acallar cualquier atisbo de rebeldía y subversión. Ayer, mandatando a los militares para que aniquilaran la lucha revolucionaria. Hoy, a través del aparato de seguridad, con la modalidad preventiva sobre el joven pobre y la represión selectiva contra los que se organizan, resisten y luchan.

En todos los casos, política sistémica de un estado que, muy lejos de una mera cuestión numérica, en dictadura mató a 30.000, y en democracia se acerca a los 3.000. Más allá de la propaganda oficial del que se autodenomina “gobierno de los derechos humanos”, la regla es la impunidad de los responsables. Su prueba es la escasa cantidad de represores de ayer juzgados y condenados, y el recurrente encubrimiento que, de las prácticas represivas de hoy, hacen en los tribunales.

Desde CORREPI reivindicamos la lucha de nuestros compañeros de ayer por entenderla más vigente que nunca. La imprescindible lucha antirrepresiva de hoy, así lo demuestra.

TORTURA EN RÍO GALLEGOS

A los casos de tortura que ocurren todas las semanas, en esta edición agregamos el de un comerciante de Río Gallegos, Sebastián Fadul, quien fue golpeado en la mañana del 7 de marzo por personal policial.

Según su testimonio, todo comenzó cuando llegó a su hotel, como todos los domingos por la mañana, y mientras abría el garaje, apareció una traffic de la policía de la cual se bajaron tres oficiales de infantería.

“No me dieron tiempo. No me pidieron identificación ni nada, ya que sólo me preguntaron “¿qué haces?”, y cuando me di vuelta les contesté que era el dueño del hotel, pero no alcancé a terminar que me agarraron del cuello y me empezaron a pegar”, indicó. Continuando con su relato, Fadul expresó: “Me subieron a la traffic, donde me siguieron pegando, me tiraron de cabeza contra el asiento. Después, intenté abrir los ojos para identificar a alguno, pero no lo pude hacer porque se me sentaron en la cabeza, mientras otro me iba pegando con el palo.”

Más adelante, dijo que lo llevaron hasta la Seccional Primera en la cual estuvo seis o siete horas detenido, donde lo tiraron junto a otros detenidos para ponerlo contra la pared y revisar sus pertenencias, sin preguntarle ni explicarle nada. Entre otras cosas, también comentó que le quisieron hacer limpiar la orina de otro preso, a lo que se negó, por lo que le dijeron que iba a ser el último en salir. Tras haber sido liberado, Sebastián Fadul realizó la denuncia en la fiscalía.

Resulta necesario poder ponerle nombre a la victima, contar su historia, publicar su testimonio, no sólo para denunciar el caso en particular, sino para comprender la sistematicidad de la represión, que se da en cada rincón de nuestro país, gobierne quien gobierne, sea del partido que sea, no importa la ideología que promulgue. Mientras el capitalismo siga de pie, allí estará la represión cuidándole las espaldas.

POLICHORROS: NUEVAMENTE SALTA EL BOTÓN

El día martes 9 de marzo, tras un allanamiento en un depósito de Escobar, detuvieron una banda de asaltantes de caminos. El último cargamento robado era un camión con gel para pañales de bebe, valuado en 1 millón de pesos, entre otras cosas que tenían almacenadas con anterioridad. Se encontraron uniformes policiales y armas varias, entre ellas un FAL (Fusil Automático Liviano).

Como nunca nos cansamos de repetir, “nuevamente salto el botón”. Un ex policía bonaerense integraba esta banda y la proveía, no sólo de armas, sino también de uniformes para facilitar el delito. La banda “pretendía” ser un control caminero, así se apropiaban del cargamento y el camión. Sus cuatro integrantes fueron puestos a disposición del fiscal de Zárate-Campana Carlos Troise.

De nuevo, vemos que, siempre que hay delito de gran porte, secuestros, delitos millonarios, asesinatos, algún miembro del aparato represivo estatal está involucrado.

REPRESIÓN A LUCHADORES

En el marco de la lucha por mejoras salariales y blanqueo de sumas en negro, los docentes jujeños mantienen acampes en la casa de gobierno y en la legislatura, y un paro desde el 1º de marzo. El jueves 18, fueron reprimidos con balas de goma por la policía de la provincia cuando se manifestaban en las puertas de la casa de gobierno. Es la tercera vez que la policía ataca a los docentes, tras agresiones similares ocurridas el viernes y sábado nteriores a esta última represión.

En Salta, el miércoles 10 de este mes, militantes de la CTD Aníbal Verón de Tartagal, fueron reprimidos por la policía y la brigada de infantería cuando reclamaban en el acceso a la empresa de exploración gasífera Wicap, por puestos de trabajo. Tras los disparos de balas de goma y de plomo, resultaron heridos varios compañeros, y 19 fueron detenidos. Éstos fueron torturados durante toda la noche de su detención con golpes y picana eléctrica.

Mientras tanto, en la ciudad de Buenos Aires, el referente de Convergencia de Izquierda, Juan Carlos Beica, fue condenado a seis meses de prisión en suspenso por manifestarse públicamente en repudio de la criminal política genocida del estado de Israel. Por el mismo motivo, sigue perseguido el dirigente del MTR, Roberto Martino, y pronto enfrentará un juicio oral el compañero Rubén Saboulard, de las Asambleas del Pueblo.

Todos estos casos son expresión de la represión selectiva. La persecución política a los militantes y luchadores de la clase trabajadora, que bregan por transformar esta realidad, es la herramienta sistemática que utiliza el estado para hacer desaparecer la organización, aplacar y detener la lucha.

NI CONFUSO NI INCREIBLE: ES LA REPRESIÓN

Una sumatoria de circunstancias hizo que el auxiliar de policía Pedro Fabián Ochoa resulte imputado por tentativa de homicidio luego de protagonizar un hecho calificado por los medios como “confuso e increíble”.

Ocurrió en la madrugada del 14 de marzo, sobre calle Balcarce al 200, de la ciudad de San Martín. En ese lugar funciona un bar cuya seguridad era cubierta, como servicio adicional, por el policía Ochoa.

Según los dichos del propio policía, vio a un grupo de jóvenes corriendo por la calle. Uno de ellos se volvió e ingresó a un vehículo desde donde comenzaron a dispararle con una escopeta “sacando medio cuerpo por la ventanilla” por lo que tiró con su pistola reglamentaria. Todo concluyó con la detención de los supuestos agresores luego que intentaran fugar y se estrellaran contra un árbol.

Sin embargo, tal como estamos acostumbrados, las pruebas no hacen más que demostrar la falsedad de los argumentos del uniformado y señalar su carácter de victimario.

Luego del choque, la policía encontró cinco impactos de bala en el auto: uno en el baúl y los restantes en la luneta trasera. No había ningún arma de fuego con la que pudieran haber disparado desde el interior del vehículo.

¿Será que lo que “confunde” a los medios es la ausencia del arma plantada que corrobore lo manifestado por el policía?

Pero esto no es más que el principio del cuento. Los “agresores” detenidos fueron llevados al hospital Perrupato. En horas de la tarde, la policía los trasladó para que declararan ante el fiscal. Y en ese momento, ante una descompensación sufrida por uno de ellos, de apellido Lucero, descubrieron que presentaba dos impactos de bala, uno en la parte posterior del cuerpo (compatible con un disparo que entró por el vidrio trasero) y otro en una pierna.

Ante esta situación, lo devolvieron al hospital, en el cual nadie había advertido las heridas.

No hay nada confuso ni increíble en esta historia. Sólo un ejemplo más de la represión diaria ejercida por el estado, cuyas fuerzas ejercen su brutalidad con la impunidad que les garantizan diariamente los decisorios judiciales, que no hacen más que avalar y reafirmar su poder sobre nosotros, sus súbditos.

PRÓXIMAS ACTIVIDADES

24 de marzo, marchamos a Plaza de Mayo repudiando el aniversario del inicio de la dictadura, y denunciando la represión en democracia. CORREPI concentra a las 14:30 en Callao y Rivadavia.

30 de marzo, a las 9:00, movilización a los tribunales de San Martín, Av. Balbín 1753, durante el juicio oral al policía Alberto Gastón Carrizo, por el fusilamiento del niño Gustavo Mareco.


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