UN ESCUADRÓN VA A JUICIO, PERO QUEDAN MUCHOS MÁS

Correpi
05.Nov.04    Documentos y Comunicados

El juicio al Escuadrón de la Muerte de Don Torcuato, liderado por los policías bonaerenses Hugo \”Beto\” Cáceres y Marcelo A. Puyó, se postergó dos semanas y comenzará el lunes 8 de noviembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de San Isidro. En este tiempo, CORREPI pudo encontrar indicios de otros escuadrones de similar operatoria. La investigación preliminar fue presentada hoy en conferencia de prensa.

CORREPI ha detectado miembros del Escuadrón de Don Torcuato que siguen trabajando luego de ser “purgados” por el ministro Arslanián. Ellos son los ex suboficiales Miguel Ángel Lemos y Oscar Casco, ambos separados de la fuerza luego de la muerte de Gastón “Monito” Galván (14), y Miguel “Piti” Burgos (16), fusilados el 24 de abril del 2002 de 11 y 7 tiros respectivamente.

En el caso del ex suboficial Casco, se lo encuentra diariamente patrullando la zona en uno de los coches de la agencia de seguridad, pero vestido y armado como policía. A Miguel Ángel Lemos, en cambio, se lo suele ver custodiando el reparto de cerveza Quilmes en el barrio. Tanto los familiares de Juan “Duende” Salto, fusilado el 15 de Agosto del 2001, como los de su amigo Fabián Blanco, fusilado pocos meses después, lo ven cada vez que el camión llega para proveer a los negocios de la zona.

Por otro lado, CORREPI constató que la agencia “Tres Ases” sigue funcionando, y sus móviles (Renault 19 CBC 483 / Seat Toledo APB 944 / Renault 9 AFC 485 / Renault 21 TYN 018 / Daihatsu VIK 957 / Traffic blanca sin patente) continúan recorriendo la zona y la base de operaciones sigue siendo el domicilio de Hugo “Beto” Cáceres en la calle Belgrano; la misma vivienda donde fue Cáceres fue detenido durante un allanamiento.

EL JAGÜEL

Durante 2002 el gobernador Solá tuvo que reconocer que en El Jagüel funcionaba un Escuadrón de la Muerte, pero solamente lo terminaron de desmantelar luego de la muerte de Diego Peralta, cuando algunos de los policías que lo formaban fueron relacionados con los secuestros de Echarri y Riquelme.

VILLA FIORITO

Caso I: MATIAS BARZOLA
Con información básica es que CORREPI entra en el barrio luego de que en conversación con la madre de Matías Barzola, un joven asesinado en la zona, se comenzara a sospechar de la versión “oficial” sobre este asesinato. Esta versión cuenta que a Matías lo matan cuando intenta robar a un automovilista, quien le dispara desde el asiento del conductor. Al consultar la causa se descubre que en la autopsia se certifica que Barzola recibe un disparo con trayectoria de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante, totalmente incompatible con el relato; era un claro disparo recibido mientras la víctima estaba arrodillado o con su cara contra el pavimento. En la actuación judicial no aparecen culpables del hecho y los testimonios son confusos.

Meses antes del asesinato de Matías, J., otro chico del barrio había sido baleado por Peloso (a) “el Oso”, un policía retirado que habría sido jefe de calle de la comisaría 5ta de Villa Fiorito. Cuando la madre de J. fue a preguntar a la comisaría el motivo por el que su hijo había sido baleado, entra en escena Peloso, presentándose como policía, auto definiéndose como un “mata guachos” y pidiendo disculpas a la madre, ya que se había confundido, por que él estaba buscando a “Barzolita” (Matías Barzola).

Según la gente del barrio, Peloso tendría varios muertos mas en su haber, pero su nombre no figura en ninguna causa judicial ya que siempre se hace cargo de estas muertes la comisaría de Fiorito, y mayormente quedan como enfrentamientos o simplemente con la aparición de un cadáver baleado.

Caso II : “CHACO” González
“CHACO” González fue detenido y molido a golpes y patadas a tres cuadras de su casa, acusado de haber robado una bicicleta. Los autores de la detención y la feroz golpiza eran los suboficiales Isidoro Segundo Concha y Ramón Quevedo. Una vez dentro de la comisaría 5ta. de Fiorito los golpes y patadas continuaron, y hasta se le llegó a practicar submarino seco… “la bolsita”.

Al presentarse la madre en la comisaría, el suboficial Gómez le presenta la situación: “Traeme $2000 o te lo pasamos a juzgado”… incluso se le llegó a pedir un perro junto al dinero, ya que la familia se dedica a la cría de perros de raza. La familia desesperada consiguió el dinero pidiendo en el barrio y “Chaco” fue liberado. A los días se comenzó a sentir mal, fue internado y muere dos semanas después, ya que estaba destrozado por dentro debido a los golpes.

El entonces jefe de calle, Sgto. Concha, fue purgado por el ministro Arslanián, pero continúa trabajando armado como seguridad privada “trucho” a dos cuadras de la casa de “Chaco”, en una distribuidora de embutidos.

Ramón Quevedo fue purgado y todas las mañanas un patrullero lo deja en la puerta de su domicilio en Banfield.

Osvaldo Garabati
Osvaldo Garabati es el nuevo jefe de calle de la comisaría 5ta. Además de su connivencia con los policías pasados a disponibilidad que siguen trabajando en la zona, su accionar se plantea como una continuidad de los métodos que ya son tradición en Villa Fiorito:

- El cobro de peajes, coimas y servicios de custodia compulsivo: desde almacenes hasta narcotraficantes, pagan un tributo a la policía. La tarifa por liberar a un detenido es de 2000 pesos, por vender mercadería en la calle se paga desde $10 en adelante, y por vender droga entre $200 y $500 semanales.

- Una denuncia penal, girada por la auditoria de Asuntos Internos de la policía bonaerense a la UFI 10 de Lomas de Zamora, sostiene que la patrulla de calle “suele detener pibes a los que les arman causas si no aceptan robar para ellos”. El denunciante y varias fuentes señalan que la relación entre el nuevo jefe de calle, Osvaldo Garabati, y conocidas bandas de la zona, como “Los García”, es más que fluida. La IPP lleva el número 534.732, y está en tribunales desde el 13 de Agosto del 2004. Desde entonces, se mantiene en una sola foja, sin que se la haya agregado otra cosa mas que el sello de recepción.

- Se detectan en la zona autos utilizados por el personal policial con patentes falsas, incluso una de las tantas patentes que utiliza Garabati en su Polo verde CVL 950, fue también divisada en la camioneta 4×4 de un puntero radical de la zona.

- La confección de prontuarios ilegales de los jóvenes, y los interrogatorios que incluyen torturas y amenazas. Mediante la ‘averiguación de antecedentes’, y la toma de fotografías ilegales se “marca” a los jóvenes “indeseables”, candidatos a correr la misma suerte que Matías Barzola. (foto disponible)

CAPITAL FEDERAL

El Sargento Rubén “Percha” Solanes, de la comisaría 52 de Villa Lugano, fue reconocido como el matador, el 11 Febrero del 2002 de Daniel Barbosa y Marcelo Acosta, ambos de 17 años de edad. Pocas semanas después, el 25 de Febrero del 2002 y a plena luz del día asesinaba a Gabriel “Pipi” Álvarez, de un balazo en la nuca.

En los tres casos, los jóvenes habían sufrido amenazas previas, torturas y detenciones arbitrarias. En los tres casos, luego del fusilamiento, “Percha” Solanes se presentó en sus entierros, vanagloriándose de haberlos asesinado. A diferencia del escuadrón de Don Torcuato, su practica fotográfica se realizaba después de los fusilamientos: con las fotos de los jóvenes abatidos, recorría las calles de Lugano apretando a los testigos para que no cuenten lo que habían visto.

En otro caso, “Percha” Solanes fue señalado junto a sus compañeros de la brigada de calle de la comisaría 52 como el coautor del fusilamiento de Lucas Roldan, un limpiavidrios alrededor del cuál se armó un escenario para simular que habían atrapado a un “peligroso narcotraficante”. Sucedió el 6 de Marzo del 2003. Estaban presentes el Sgto. Lucio Montero (alias “el Paraguayo”), el Inspector Morteyru, el Sargento La Loggia (alias “el 22″) y el citado Rubén “Percha” Solanes. En el coche que supuestamente manejaba el joven asesinado (que no sabía conducir) encontraron un kilo y medio de cocaína.

Meses antes, un caso similar se terminó resolviendo a favor de la víctima y hoy forma parte del informe de la Procuraduría General de La Nación sobre causas fraguadas. Sucedió el 21 de Mayo del 2002. Una travesti consiguió un cliente que la llevó para el lado de Villa 20. Llegando al barrio el coche chocó contra otros estacionados y el conductor salió huyendo. No pasó menos de un minuto y la policía, junto a las cámaras de televisión, estaba rodeando el automóvil y a la travesti que había quedado atrapada allí. El día después, el diario Crónica publicó que “un travesti quedó detenido anoche en el barrio porteño de Villa Lugano, luego de tirotearse con la policía cuando intentaba escapar en su automóvil con un kilo y medio de marihuana, informaron fuentes policiales”.

Pero “Percha” también era acusado de regentear el robo en la zona y manejar los hilos del narcotráfico. Finalmente, fue removido de la brigada de la comisaría 52 luego de que el programa “Ser Urbano” reflejara la lucha de las “madres de la pasta base”. Desde entonces, no se supo de la suerte de “Percha”, hasta que la CORREPI comprobó recientemente que sigue trabajando, muy cómodo, en la comisaría 14, en la zona de Barracas.

CONCLUSION

En los casos de Villa Fiorito y El Talar de Pacheco, el ministerio de seguridad de la provincia está enterado de esta situación. En la zona de Tigre, hasta hace una semana estuvieron trabajando los famosos “Intocables” de Arslanian, pero parece que a la agencia de Hugo Cáceres tampoco la han tocado. En el caso de Villa Fiorito, la denuncia penal fue girada por la Auditoria de Asuntos Internos a la justicia de Lomas de Zamora. En ninguno de los dos lugares se hizo nada para investigar el tema: es un simple papel que quedó olvidado en un cajón de la fiscalía.

En el Gran Bs.As. es posible detectar con un mínimo trabajo de investigación la existencia de escuadrones dedicados a la limpieza social, que se postulan como administradores y árbitros tanto de actividades ilegales como legales. La existencia de los escuadrones de la muerte ya no puede ser considerada como una excepción: el peligro es que se han convertido en parte de la vida cotidiana, no sólo en la provincia de Buenos Aires, sino en gran parte del país. Si estos hechos no son investigados, es porque forman parte de la política represiva del estado, que postula y tolera la mano dura contra los sectores mas oprimidos de la sociedad.

Los recursos del estado, mientras tanto, son utilizados en cosas que quizás sus depositarios consideran más útiles: en las últimas dos semanas, a todos lo que de alguna u otra forma participamos de esta investigación, se nos hizo saber que nuestras conversaciones telefónicas estaban siendo monitoreadas.

Toda la información sobre el Juicio al Escuadrón de la Muerte de Don Torcuato en:
www.escuadron.lahaine.org

Teléfonos de contacto:
Martín Alderete (abogado de una de las víctimas del Escuadrón de Don Torcuato): 155 499 2811
María del Carmen Verdú: (011) 154 417 0659