Boletín Informativo nº 509

18.Dic.08    Boletines Inf. 2008

SUMARIO: 1. Los números del gatillo. 2. La represión en aumento, lo que viene. 3. Gatillo fácil en Grecia. 4. Para los trabajadores que reclaman… represión. 5. Las definiciones de Stornelli. 6. Próximas actividades.

LOS NÚMEROS DEL GATILLO
El viernes 12 de diciembre, como todos los años desde 1996, CORREPI convocó a un acto en Plaza de Mayo para presentar las conclusiones anuales de nuestro Archivo de Casos. A partir del informe que surge del seguimiento de la información sobre los fusilamientos de gatillo fácil, la tortura y otras modalidades represivas, este acto anual es la oportunidad para exponer, con la crudeza de los números en la mano, el verdadero alcance de la política represiva estatal.

La denuncia que, año a año, protagonizamos, busca, como dijimos desde el escenario, aportar a la construcción de la organización popular contra la represión, empresa que sólo puede concebirse desde la independencia absoluta del estado, sus gobiernos y sus organismos. Para eso ponemos a disposición del conjunto de la sociedad estos datos, que son más que suficientes para ayudar a comprender cómo y para qué reprimen los gobiernos post dictatoriales en Argentina.

En una plaza vestida de verano, las personas que pasaban se iban enterando de que en la Argentina se asesina un pibe día por medio por el gatillo fácil, la tortura, en cárceles y comisarías, y la represión en movilizaciones. Los empleados que salían de las oficinas de la zona, miraban atentos las fotos de los hijos de los familiares que integran CORREPI, los compañeros que perdieron a sus hijos en manos de policías, gendarmes o del servicio penitenciario.

Cuando Delia Garcilazo, en nombre de todos ellos, tomó el micrófono, muchos que pasaban distraídos se sumaron a las organizaciones hermanas y a compañeros, familiares de víctimas y militantes antirrepresivos, que viajaron desde distintos lugares del interior, como Misiones, Mendoza o Mar del Plata, y rodearon el el escenario desde temprano. “Alguien una vez nos dijo que con la democracia se come”, dijo Delia con su pollera azul y sus muletas… “¿Cuándo? Nosotros comemos salteado y cuando podemos. Que con la democracia se cura ¿Cómo? Si no podemos comprar los remedios y en los hospitales no tienen los insumos más necesarios, sólo nos curamos cuando Doña Rosa nos tira el cuerito o nos cura el ojeo… Que con la democracia se estudia ¿Dónde? ¿En escuelas taperas con maestros mal pagos?”…

Más de una maestra o un obrero que pasaba de casualidad, terminó comprando las revistas en las que contamos como durante el período de los Kirchner, el estado mató con su política de derechos humanos a 1062 personas. Muchos vieron representado, en los gráficos, como en la gestión de Cristina fueron 150 los asesinatos por el estado, uno de ellos, Juan Carlos Erazo, un trabajador de la industria del Ajo que murió el 5 de abril a raíz de los fuertes golpes que recibió durante una represión policial en Mendoza.

Los compañeros del Grupo de Arte Popular hicieron una representación sobre el trabajo de los medios cuando tienen que reproducir el discurso dominante, criminalizando a los menores pobres y legitimando la represión, y dieron luego el lugar a representantes de comisiones internas de trabajadores, estudiantes universitarios, agrupaciones barriales y de trabajadores desocupados que trajeron su saludo y su mensaje. Entre uno y otro orador, por los parlantes sonaban los números y las cifras de la represión sistemática del estado.

Nuestro Archivo muestra que la enorme mayoría de los muertos del gatillo fácil y la tortura son los hijos de los pobres. Más de la mitad tenían menos de 25 años. Dos tercios, menos de 35.

Dijimos que no es un policía, que es toda la institución, porque el gatillo fácil, la tortura y las detenciones arbitrarias no son excesos de un loquito suelto, ni abusos de un policía mal entrenado. Tampoco son resabios del pasado. Ni se trata de una o dos fuerzas “fuera de control”, que se “desmadran” o tienen “políticas autónomas”. Afirmamos que las fuerzas de seguridad no se dirigen a sí mismas ni dictan sus propias políticas. Que podrán aparecer tensiones o conflictos sectoriales, espejo de las “internas” de la clase dominante, pero que el jefe del aparato represivo siempre es el gobierno de turno.

También denunciamos el rol protagónico de los medios de difusión, que disparan a diario contra los “menores delincuentes” y taladran con el “dolor de una sociedad acorralada por la violencia”, mientras no dicen ni una palabra de los 2.557 asesinados en cárceles y comisarías, con el gatillo fácil y la tortura, desde 1983. Mostramos como, si bien la provincia de Buenos Aires tiene el primer lugar en asesinatos, las cosas cambian si lo medimos por millón de habitantes. En proporción a la población de cada provincia, es Santa Fe, con su gobernador “socialista”, la que ocupa el podio, seguida por Buenos Aires, Santiago del Estero, Mendoza, Córdoba, Catamarca y la ciudad de Buenos Aires.

Mostramos como el 64% de las muertes las producen el conjunto de las policías provinciales, el 19% los servicios penitenciarios y el 9 por la policía federal.

Cerramos diciendo que: “…aunque queden algunos dinosaurios sin extinguirse, no hace falta mirarlos a ellos para señalar a la derecha. Tampoco hace falta mirar sólo a la ciudad de Buenos Aires. La derecha está en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero también está en la Casa Rosada, en los tribunales y el congreso. Los tres lugares desde donde salen las órdenes, las herramientas y la garantía de impunidad para los encargados de proteger los intereses de los poderosos”, y redoblando la convocatoria a la organización popular, independiente, contra la represión estatal.
En breve estarán disponibles los materiales completos en nuestra página web, que también pueden ser remitidos por mail a quien los solicite a correpi@fibertel.com.ar

LA REPRESIÓN EN AUMENTO, LO QUE VIENE
A tan solo dos semanas de haber cerrado el archivo de casos 2008 contabilizando 2557 muertos, el gobierno de Cristina Kirchner lleva asesinadas seis personas más con el gatillo fácil y en cárceles.

Tucumán, con el gobernador K, José Alperovich, iniciaba el mes con un preso suicidado el penal de Villa Urquiza. Según la versión de los penitenciarios, Víctor Hugo Celarayán (51), fue encontrado en la celda que compartía con otros internos, ahorcado con un cordón, registrando el tercer caso conocido de este año, entre los que sus familiares denunciaron haber encontrado los cuerpos con señales de torturas.

En el último fin de semana largo, los medios se dedicaron a potenciar el discurso de inseguridad para los ricos, mientras el policía federal Diego Hernán Lescano, efectivo de la comisaría 9ª, que esperaba el colectivo, “se confundió”, según las noticias, y mató en la esquina de Brandsen y Necochea a un pibe que limpiaba vidrios en la zona. El pibe fue inmediatamente reconocido por los vecinos de La Boca, que rodearon el lugar del hecho denunciando el gatillo fácil a viva voz, porque, ya experimentados, sabían que los compañeros de fuerza de la 24ª acudirían prestos al lugar, donde sólo lograron hacer aparecer un revólver de juguete con la ayuda de la guardia de infantería que alejó a la gente del lugar y disparó balas de goma para intimidar.

El mismo sábado, en Temperley, Pablo Bianco (42), sentado en la vereda de su quiosco, murió luego de quedar en medio de un tiroteo, en plena zona transitada, entre la policía y tres personas en moto que vendrían de robar un supermercado a pocas cuadras de allí. Para finalizar ese día, en la capital de Córdoba, según la versión policial, tres personas habrían interceptado a una remisera, subiéndose a su vehículo y llevándola al barrio Yapeyú. Allí la hicieron bajar, y mientras le estarían quitando su cartera, los policías del CAP, comando de acción policial, dispararon, resultando Javier Armando Cortés (33) muerto con un impacto en la espalda en la zona de los riñones. Declararon que los otros dos huyeron dejando en el lugar dos armas, dado que el hombre asesinado no portaba arma alguna.

Nuevamente en San Miguel de Tucumán, el miércoles pasado, fuerzas conjuntas de oficiales y comisarios de la seccional 8ª y la patrulla motorizada reportaron un allanamiento de vivienda a raíz de la búsqueda de dos personas que habrían intentado asaltar una casa y comenzaron a revisar las distintas dependencias, hasta que entraron en una de las habitaciones y se acercaron a la cama. Uno de ellos dijo que levantó el colchón y en ese momento vio que debajo estaba uno de sus sospechosos, José Antonio Barrionuevo (45) quien recibió un impacto de proyectil en el pecho, que según la versión policial provino del revólver que portaba.
En tanto, el domingo, en Ramos Mejía, La Matanza, la patrulla de calle disparó contra Damián Leonardo Argüello (32) que según su versión estaría intentando subir a un colectivo luego de escapar de un auto junto a otras dos personas tras un intento de asalto a un comercio de la zona. Recibió un impacto de bala que le provocó la muerte.

Mientras tanto, en los barrios, aumentan las denuncias por detenciones arbitrarias con torturas. El padre de un niño de 13 años denunció que su hijo fue golpeado por un grupo de efectivos policiales la comisaría 31ª que lo detuvieron acusándolo de ser un ladrón que habría cometido un asalto a un comercio del barrio porteño de Belgrano. Cuando caminaba por la calle, junto a un amigo, para celebrar su fiesta de egresado de 7° grado, fueron interceptados por un patrullero, del que descendieron siete uniformados, quienes, sin mediar palabras, lo agarraron de los pelos y tiraron al piso y lo patearon.

En Villa del Carmen, San Fernando, tres jóvenes fueron heridos con balas de plomo, una mujer embarazada resultó con lesiones en la espalda provocadas por perdigones de goma, y tres personas de la misma familia detenidas y golpeadas por efectivos de la comisaría 4ª de San Fernando. Todo sucedió cuando durante la preparación de una fiesta familiar, salieron a la esquina del barrio porque un patrullero había reducido a varios conocidos acusándolos de apedrearlos. Al acercarse, un hombre y una mujer policía desataron fuego a medida que iban llegando. Al rodearlos los vecinos por negarse a llamar a la ambulancia les dispararon balas de goma y golpearon a los otros familiares llevándoselos detenidos.

Como dijimos en Plaza de Mayo el pasado 12 de diciembre, el gatillo fácil, las detenciones arbitrarias y la tortura seguirán siendo utilizados en forma creciente por este gobierno, que necesita reprimir para oprimir.

GATILLO FÁCIL EN GRECIA
El sábado 6 de diciembre, en el barrio céntrico de Exarchia, Atenas, el adolescente Alexander Grigoriopoulos (15) fue alcanzado por un disparo de arma de fuego. El autor del hecho fue identificado como Epaminondas Korkoneas (37) alias “RAMBO”, integrante de la policía. Según la versión oficial, el agente Korkoneas se encontraba patrullando el barrio con otro policía, cuando el móvil en el que viajaban fue atacado por un grupo de individuos con bombas molotov y piedras. Al querer arrestar a los jóvenes, los policias fueron “atacados”, por lo que se vieron “obligados a realizar disparos para intimidar a los manifestantes”.

Mientras que uno de los agentes utilizó cartuchos de fogeo, el otro empleó su arma reglamentaria, con la que realizó tres disparos. Uno de ellos dio en el tórax de Alexander Grigoriopoulos, según el policía, luego de un rebote, habitual excusa a la que estamos tan acostumbrados, desde antaño, como el caso Gianinni, o más recientemente, como en el caso de Sonia Colman. El adolescente murió camino al hospital.

Sin embargo la versión de los transeúntes que fueron testigos de lo ocurrido difiere totalmente de los dichos de los policías. Una joven declaró que los manifestantes nunca atacaron al móvil, mientras que un taxista afirmó que el integrante de las fuerzas de seguridad, Epaminondas Korkoneas, apuntó y disparó a sangre fría contra el joven Alexander.

Tras darse a conocer la noticia de la muerte del menor, cientos de personas, su gran mayoría vecinos del barrio en el que acontecieron los hechos, conocido como uno de los más politizados del país, salieron a manifestarse en contra de la policía y el gobierno que la dirige.

Según el presidente griego, “La muerte del joven es una herida al estado de derecho” mientras que el ministro del interior, según los medios, “expresó su profundo dolor por la muerte del adolescente, condenó el hecho y pidió que el culpable sea castigado con una condena ejemplar”. También cantinela repetida: cuando no se puede silenciar el fusilamiento bajo la máscara del enfrentamiento, y no funciona lo del “peligroso hampón abatido por las fuerzas del orden”, los responsables políticos salen a rasgarse las vestiduras y apelan a las tesis del “accionar individual”, como el “desborde” o el “loquito suelto”, y sueltan la mano del ejecutor de la política de estado que ellos dirigen.

Fueron multitudinarias las movilizaciones llevadas acabo en Grecia y otros países del viejo continente en repudio al asesinato del menor, las cuales, como era de esperarse, fueron brutalmente reprimidas, dejando un saldo de más de un centenar de detenidos y casi 60 personas heridas.
Este tipo de situaciones son moneda corriente en nuestro país, con la diferencia de que la reeducada sociedad argentina prefiere hacer la vista gorda antes que entender la política represiva y defensora de burgueses que tenemos en nuestro territorio.

Descaradamente nos venden la “política de DDHH” del gobierno, culpable de la muerte de miles de pibes a manos de las fuerzas de seguridad, de los más de 40 chicos que mueren por día por causas evitables, de la falta de suministros y mantenimiento de los hospitales y escuelas publicas, de los presos políticos y de la extrema pobreza que sufrimos.

No debería extrañarnos que, a la larga, el oficial Korkoreas sea simplemente exonerado, o, como sus colegas ingleses que fusilaron al brasileño Jean Charles Menezes, protegido por una resolución judicial liviana y premiado con algún ascenso futuro.

PARA LOS TRABAJADORES QUE RECLAMAN… REPRESIÓN
El pasado viernes 12, los trabajadores del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) realizaban una manifestación frente a la sede en la ciudad de Buenos Aires, Av. Rivadavia 1439, en repudio al despido de un compañero de trabajo, el Ingeniero Agrónomo Guillermo Ramisch, integrante de la Unión de Trabajadores Rurales de Misiones.

En medio de la marcha, cuando una comisión estaba reunida con las autoridades, apareció la policía y sin siquiera “persuadir”, como ellos llaman a amenazar, comienzan a reprimir a los más de 100 trabajadores. El saldo fueron varios heridos y siete detenidos acusados de “lesiones, atentado, resistencia a la autoridad y daño calificado”.

En un primer momento, los detenidos fueron llevados a la comisaría 3ª, en Tucumán al 1500. A los pocos minutos los trabajadores fueron hasta allí a exigir la libertad de sus compañeros, lo que motivó, como es habitual, su traslado a las instalaciones de la Dirección de Investigaciones, en Madariaga y General Paz, donde permanecieron más de 24 horas.

La noticia, aunque breve, permite sacar algunas conclusiones. Cuando se trata de movilizaciones de trabajadores, (no de ambientalistas o productores agropecuarios) la respuesta del estado siempre es la represión. Cuando se trata de trabajadores, los medios no se escandalizan como cuando detuvieron (entre algodones) a De Ángeli. Cuando este gobierno reprime, los organismos de DDHH adictos no abren la boca.

Además, cae de maduro que, cuando se trata de reprimir a los trabajadores, la policía no es de Macri ni de Kirchner, porque más allá de las disputas por la caja y por ver quién está más o menos a la derecha, el estado (y su policía) es sencillamente, de clase.

LAS DEFINICIONES DE STORNELLI
Esta semana, el ministro de seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, dio clase para explicar los lineamientos de la política represiva del gobierno peronista de los Kirchner que integra junto al gobernador Scioli. El lugar, el instituto de formación policial Juan Vucetich. El motivo, el acto por el “Día de la policía de la provincia de Buenos Aires”.

La primera frase ya fue toda una definición: “En la agenda del Poder Ejecutivo Provincial la seguridad es una cuestión de Estado”. La seguridad, entendida como lo hacen los gobiernos que administran y defienden los negocios de los poderosos, es decir, la represión a los trabajadores y el pueblo.

Para que quedara bien claro, siguió, dirigiendo sus palabras al gobernador: “… soy testigo calificado de sus desvelos, de su compromiso … de servir con rectitud y eficiencia a la defensa y promoción de los intereses confiados”. Intereses, de más está aclarar, confiados por la burguesía a su gobierno.

Luego el ministro enumeró los “grandes éxitos” de la policía a su cargo en el “combate al narcotráfico”, citando operativos, decomisos y desbaratamiento de bandas. Seguramente por la cantidad de cosas que ocupan su cabeza, se le “olvidó” aclarar que, en todos y cada uno de esos resonantes hechos que atribuyó a “una criminalidad cada vez más sofisticada, inhumana y desafiante”, se probó la intervención sistemática de miembros de las fuerzas de seguridad, demostrándose a cada paso que el parato represivo estatal es el gerente, administrador y ejecutor de esa “criminalidad organizada”.

Después se refirió al rol del aparato judicial, describiendo la “división de tareas” (sic) entre jueces y policías en el “combate al delito”, y destacó que su gestión aumentó la “capacidad operativa de la fuerza”, estricto cumplimiento de la promesa de Scioli al asumir, cuando dijo “hay que aumentar el poder de fuego de la policía”.

Sabedor de que los bonitos discursos no alcanzan para ocultar la permanente comisión de graves delitos por parte de sus subordinados, usó el argumento de los “malos hábitos arraigados” para justificar el gatillo fácil, la tortura, las causas fraguadas, las extorsiones.

Finalmente, cerró con un inflamado párrafo declarando que la policía provincial, la segunda -después de Santa Fe- en incidencia del gatillo fácil y la tortura en relación a sus habitantes, “Ha demostrado que el camino es con la policía, no contra ella y mucho menos sin ella”, y volvió a prometer “Seguirán contando con el apoyo del Gobernador, y el mío propio”. No hacía falta que lo dijera tan expresamente. Constatamos ese apoyo a diario, en cada absolución, cada excarcelación y cada condena ridícula para los asesinos uniformados.

PRÓXIMAS ACTIVIDADES

Domingo 21 de diciembre, 16:30, FESTIVAL ANTIRREPRESIVO con Karamelo Santo, junto a Contrakara, Pablo Carvalho y Alejandro Correa, en el Teatro Verdi, Almte. Brown 736, La Boca, Ciudad de Buenos Aires. Entradas anticipadas con descuento en Locuras. Lo recaudado será destinado a las actividades de CORREPI del año que viene.

Sábado 27 de diciembre, 18:00, marcha a un año del fusilamiento de Sonia Colman. Concentramos en RUTA 26 Y VALENTIN GOMEZ, Del Viso.