Boletín informativo nº 526

HUERTA ORGAZMIKA:LA QUERELLA

El pasado miércoles 24 de junio a las 10.00 horas, conferencia de prensa mediante, compañeros de la Huerta Orgázmika de Caballito y del Centro Cultural “LA SALA” de la Asociación Civil Giordano Bruno, se hicieron presentes en la Cámara Criminal y Correccional de la Capital Federal, con el objetivo de presentarse en carácter de querellantes por los acontecimientos represivos que se suscitaran el 19 de mayo pasado.

Los compañeros denunciaron diversos hechos represivos: desde la imposición de distintas torturas a que fueron sometidos en el operativo a cargo del comisario de la seccional 11ª, Marcelo Chiribelo, con apaleamientos, patadas y golpes de puño, hasta el allanamiento ilegal del Centro Cultural.

Las distintas pruebas acercadas por la querella, patrocinada por CORREPI, muestran cada uno de los hechos denunciados. La larga lista de testigos -algunos de los cuales incluso fueran detenidos en ese mismo operativo- acreditan debidamente los hechos, donde el estado -no importa si administrado por Macri o por algún Kirchner- siempre pretende desarticular toda forma de organización popular que atente contra los intereses de la clase que ellos representan.

SOLDATI: DOBLE GATILLO FÁCIL EN LA 36ª

El domingo 31 de mayo, alrededor de las 5.00 de la mañana, Lucas, de 15 años, regresaba junto con un grupo de amigos, después del festejo del cumpleaños de 15 de una de sus amigas. Camino a su casa, pasaron por los edificios de la calle Riestra y Lacarra, donde los detuvo personal uniformado de la comisaría 36ª de la PFA, a raíz de un hecho represivo que se estaba suscitando en ese momento. Les ordenaron detenerse y esperar. Fue así que observaron que una persona, perseguida por los policías, intentó refugiarse en una casa vecina y que los efectivos involucrados lo apalearon, luego lo corrieron y finalmente le dispararon.

Todos los chicos presentes estaban ubicados en derredor de esta escena. Al producirse los disparos, notaron que a Lucas le sangraba la pierna. Mientras los pibes pedían ayuda, los policías se fueron por los pasillos sin prestar ayuda ninguna. Un vecino respondió al pedido de auxilio y trasladó a Lucas, ya inconsciente, al hospital Piñeyro. Allí lo operaron de urgencia, extrayéndole un proyectil de su pierna derecha, en la que todavía sigue comprometida una arteria.

Ese mismo día, pero por la tarde, Marcelo, el papá de Lucas, se acercó al lugar donde su hijo había sido baleado, a fin de ubicar personas que pudieran haber presenciado los hechos. Se aproximó personal policial que cumplía tareas de vigilancia en el lugar, siempre perteneciente a la comisaría 36ª. Los numerarios de esa comisaría, ni bien se identificó, le empezaron a propinar empujones, mientras muy agresivamente le gritaban que nada tenía que hacer allí.

Fue entonces cuando un tercer policía, de la misma comisaría, se sumó “conversación”, apartando al papá de Lucas en forma intimidante con el caño de la escopeta que portaba. Para entonces, vecinos del lugar comenzaron a acercarse para ver lo que sucedía., lo que molestó sobremanera a quien portaba la escopeta, que se alejó apenas unos metros, apuntó y disparó dos veces –afortunadamente con cartuchos antitumulto, cargados con postas de goma- sobre el abdomen de Marcelo, causándole varias lesiones. En ambos casos la familia se ha constituido como querellante, patrocinada por CORREPI.

La comisaría 36ª es la misma en cuya puerta fue fusilado Eduardo “Chasqui” Córdoba, integrante del grupo sikuri Sartaniani. La misma que intervino en la Masacre de Pompeya, que culminó con tres muertos y un inocente condenado a 30 años de prisión a partir de una causa armada por el personal policial. La misma cuya brigada tiró al Riachuelo a Ezequiel De Monty. La misma que supo dirigir el comisario Edgardo José Russo, luego de ser ascendido como “premio” al cumplimiento del deber, tras el fusilamiento del trabajador peruano Tomás Llancari Núñez. Una comisaría emblemática, verdadero muestrario concentrado de la habitual criminalidad policial.

TRIPLE ALIANZA REPRESORA CONDENA A COMPAÑEROS

En una muestra magistral de la forma en que el aparato judicial, el policial y la burocracia sindical aúnan esfuerzos para ejecutar la política de persecución a militantes populares, tres compañeros la CUBa-MTR y el MIDO fueron condenados esta semana a raíz de una movilización realizada en enero, en repudio de un hecho represivo, con más de 70 detenidos, ocurrido días antes en el Chaco.

El juzgado contravencional nº 5 de la Ciudad llevó a juicio a tres compañeros que fueron seleccionados entre otros nueve, en “rondas de reconocimiento”, por los mismos policías federales que los detuvieron. Se los acusó, a todos, de causar daños a un taxi y lesiones a su chofer, que, ni en la instrucción ni en el juicio, pudo reconocer a ninguno de ellos como sus agresores.

Quedó claro en el debate que los policías, que reconocieron prolijamente a cada uno de los que detuvieron, conocían de antemano hasta el nombre y apellido completo de alguno de los compañeros, “casualmente” un referente relevante de su organización.

También fue notable la mayúscula “casualidad” de que, en una ciudad con más de 70.000 taxis habilitados, los dos testigos traídos por la querella como “presenciales” resultaran, en un caso, un viejo amigo el padre del taxista acusador, y en otro, un dirigente gremial del sector. Un tercer testigo de cargo fue un burócrata del sindicato de peones de taxi que desde 1982 conduce Omar Viviani, el que dijo en 2004 “hay que matar a todos los piqueteros”, hombre ubicado por Moyano como secretario gremial de la CGT e integrante del consejo superior del PJ.

Para la jueza María Fernanda Botana resultaron más elocuentes las palabras de policías y burócratas sindicales que las claras imágenes de la filmación del incidente, donde se ve sin dudas que los dos condenados por daño no estaban ni siquiera cerca del taxi, y que el condenado por lesiones sólo intervino para separar al taxista de otra persona, no identificada, a la que éste, totalmente “sacado”, le pegaba con saña. “Yo estaba recaliente, repartía manotazos para todos lados… sentí que uno me agarraba y me tiraba para atrás, y otro se llevaba al que yo le pegaba”, confesó el taxista en la audiencia. Pero eso, la jueza no lo escuchó…

A pesar de la anticipada feria judicial, ya estamos trabajando en la apelación ante la Cámara.

VA A ESTAR “FINA” BUENOS AIRES

“Es una muy buena incorporación. Lo distingue su ética, sus principios morales y es bueno para la ciudad que asuma este cargo”, dijo el ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad, Guillermo Montenegro, al anunciar que ya tiene comisario el pueblo porteño.

El flamante jefe de la policía de la ciudad de Buenos Aires es cualquier cosa menos un desconocido. Jorge Alberto Palacios, conocido como el “Fino”, fue uno de los jefes de la represión al levantamiento popular el 19 y 20 de diciembre. Según declaró en la indagatoria, “concurrió a la Plaza de Mayo por una cuestión moral ya que no estaba de servicio”. Cuestión moral, recordemos, que costó al pueblo cinco fusilados por sus subordinados.

También está señalado como encubridor del atentado a la AMIA, respecto de lo cual dijo Montenegro: “Hay una denuncia sin condena. Además, él no mató a nadie”.

Como premio por semejante foja de servicio fue designado al frente de la División de Investigaciones de la PFA por el gobierno kirchnerista, cargo que debió dejar, junto con su uniforme, cuando la investigación por el secuestro y asesinato de Axel Blumberg descubrió sus vínculos con bandas dedicadas a esos menesteres.

Pero para el gobierno de la ciudad, “Es una persona de absoluta confianza del jefe de Gobierno, es un excelente ex policía y el más condecorado”.

Su relación con Macri se remonta, precisamente, a su exoneración de la federal, cuando fue contratado como jefe de seguridad de Boca Juniors. Luego, comenzó a asesorar al PRO en temas vinculados a la “seguridad”.

Un simple sinceramiento de la policía porteña que vendrá, con los hombres que mejores servicios han prestado a la clase dominante.

POLICÍA “VERTIGINOSO” Y PRÓFUGO

Nuestros lectores recordarán, seguramente, que el 28 de junio de 2003 el oficial de la policía bonaerense, Cristian Alfredo Solanas, del Comando de Patrullas de Hurlingham, fusiló a Rodrigo Corzo cuando el joven se dirigía en el auto de su familia a la casa de la novia. Solanas (experto, según su legajo, en “resolución de situaciones de intercepción en la vía pública”) decidió detener el auto decididamente “sospechoso”, -lo manejaba un muchacho joven y morocho de pelo largo-, con un certero disparo que atravesó el baúl, los asientos y se incrustó en la espalda de Rodrigo.

En febrero de 2007, un tribunal oral de Morón condenó a Solanas a 16 años de prisión por homicidio. También mandó investigar por falso testimonio a su acompañante y subordinado, el sargento Ariel Horacio Núñez, que repitió en la sala, el mismo desopilante cuento que dio en la instrucción para justificar por qué no vio el momento del disparo: “¿Sabe qué pasa? Sufro de vértigo, entonces al subir el puente Santa Rosa del Acceso Oeste, cerré los ojos y aceleré”.

La fiscalía de Morón que instruye la causa contra Núñez se tomó más de un año para mirar una y otra vez el video del debate, y, para cuando decidió hacer algo, resultó que el vertiginoso había desaparecido de todos los lugares que solía frecuentar. Hace varios meses que se ordenó su captura.

Pero que el poder judicial ordenara la captura de Núñez no significa que lo estén buscando. Por eso CORREPI está lanzando una campaña para encontrarlo. Como con tantos otros policías prófugos (Masacre de Budge, caso Durán, torturas de San Martín), sabemos que ninguno de sus compañeros de trabajo, con o sin uniforme, lo está buscando. Y si lo encuentran de casualidad, lo van a dejar escapar.

A siete años del fusilamiento de Rodrigo, con la familia Corzo, con sus vecinos y amigos, con los familiares de víctimas de la represión policial organizados en CORREPI, con las organizaciones y compañeros que se acercaran a participar, vamos a difundir su foto en afiches y volantes que pegaremos, repartiremos y entregaremos a todos los que quieran acercarse a colaborar en la campaña. Para que si algún vecino ve a Núñez, lo reconozca, nos avise dónde está, y, por supuesto, NO LE AVISE A LA POLICÍA.

BARCELONANTIRREPRESIVA (Reproducimos esta semana una nota de principios de año, que no ha perdido actualidad):

Una propuesta para “Integrar a la sociedad a los jóvenes marginales”

AHORA DICEN QUE PARA SACAR A LOS CHICOS DEL PACO “HABRÍA QUE RECUPERAR EL SERVICIO MILITAR Y MANDAR A LA GUERRA A SOLDADOS DE ENTRE 12 Y 18 AÑOS”

La propuesta lanzada por grandes pensadores de la Argentina, como Susana Giménez, de recuperar el Servicio Militar Obligatorio como una forma de darle una contención social a los jóvenes más humildes y evitar así que caigan en el delito no cayó en saco roto, y ya son varios los que no solo adhieren a la idea sino que hasta se animan a perfeccionarla. Sin ir mas lejos, el doctor Mariano Grondona sostuvo en los últimos días que “para evitar que los jóvenes dediquen su vida a las drogas y la delincuencia, lo ideal sería crear un Servicio Militar Obligatorio (SMO) para hombres y mujeres de entre 12 y 18 años”. Y el periodista Joaquín Morales Solá fue mas allá: “No vendría mal una guerra cada tanto, en la que peleen soldados de entre 12 y 18 años. Y si cae alguno, bueno, que lástima”.

Según los expertos, “no se trata de recrear el SMO para convertirlo en reservorio o aguantadero de jóvenes delincuentes, sino de generar situaciones que permitan ubicar a ese sector social en un espacio bien vigilado y, al mismo tiempo, darle una salida que, por tratarse de instrucción militar, bien podría ser morir en el frente”. Ahora que tenemos un nuevo Congreso de la Nación, no se descarta que la iniciativa sea tratada en el Parlamento: “Si igual se vana morir, que por lo menos lo hagan por la patria y no por el paco”, arriesgó el escritor Marcos Aguinis.

PRÓXIMAS ACTIVIDADES:

Las medidas gubernamentales tomadas como consecuencia de la pandemia de gripe A nos han obligado a suspender tres actividades inmediatas (la presentación del libro “Represión en Democracia”; el acto de lanzamiento de la campaña Buscando al prófugo Núñez en el 7º aniversario del fusilamiento de Rodrigo Corzo, y la Peña en nuestra casa de Agustín Caffarena 84. Informaremos a la brevedad las nuevas fechas.