Boletín informativo n° 578

CORREPI

Sumario: 1. Servicio Cívico Voluntario, Servicio Militar Obligatorio y turismo represivo, las salidas que ofrecen la oposición y los K para los jóvenes. 2. Mucho más que frases y consignas ingeniosas. 3. El exterminio sistemático de jóvenes pobres. 4. Atropella, mata y amenaza. 5. Reacción retardada en Tierra del Fuego. 6. Medios y miedos que matan.

SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO, SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO Y TURISMO REPRESIVO, LAS SALIDAS QUE OFRECEN LA OPOSICIÓN Y LOS K PARA LOS JÓVENES

Esta semana se conocieron dos iniciativas del Poder Legislativo para reinsertar a jóvenes sin recursos o delincuentes en la sociedad. Una es un proyecto de ley para implantar nuevamente el Servicio Militar Obligatorio y la otra tiene media sanción en el Senado y es el Servicio Cívico Voluntario. Ambas iniciativas demuestran la franqueza con la que la clase dominante intenta resolver los problemas sociales, incentivando a los jóvenes a ser desclasados y cipayos del poder.

El Servicio Cívico Voluntario es una iniciativa impulsada por la oposición que “busca utilizar instalaciones ociosas de las FFAA para impartir estudios y enseñar oficios y artes”. Los interesados en pasarse de la vereda de enfrente de los intereses de la clase trabajadora, serán recompensados por el estado con un subsidio de tres asignaciones familiares por hijo.

El diputado salteño del PJ Alfredo Olmedo presentó un proyecto para implantar nuevamente la colimba. Sería obligatoria, duraría 6 meses e impartiría orden y disciplina en cuarteles militares. El legislador respalda su proyecto en la necesidad de que los jóvenes adquieran una formación para que sean útiles a la sociedad y al servicio de la patria y así reencauzar a gran parte de la juventud que están perdidos, dedicados a los vicios y carecen de una formación que los habilite para ser hombres de bien. Un sinceramiento conservador de cómo la burguesía quiere adoctrinar a los jóvenes y pobres.

Las dos son iniciativas de la oposición. Pero el kirchnerismo también plantea la misma política, de una manera más sutil, pero no menos represiva. En estos días se pudieron ver varias propagandas televisivas del Ministerio de Defensa incentivando a los jóvenes a que se sumen a la Gendarmería y la Fuerza Aérea.

Con una canción de fondo que dice Mirá que lindo tu país paisano, la publicidad muestra los hermosos lagos, glaciares, cerros y bosques de Argentina siempre con un represor de verde oliva colado en el paisaje.

(ver el video en: http://www.gendarmeria.gov.ar/videos/video_institucional.html)

“CONOCEMOS, RECORREMOS, HABITAMOS, EXPLORAMOS. EN EL AÑO DEL BICENTENARIO CUMPLIMOS 72 AÑOS CUIDANDO TU PAIS. GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA. ¡MIRÁ QUE LINDO ES TU PAÍS!”. Muy tentador para un joven alienado que trabaja 9 o más horas por un sueldo de subsistencia y que ni puede vacacionar. La Gendarmería lo invita a recorrer el país, pero también a perseguir y matar pobres, que es lo que la publicidad obvia decir.

Con los Servicios (Cívico Voluntario y Militar Obligatorio) que propugna la oposición o con el turismo represivo del kirchnerismo, la burguesía se sincera, proponiendo que la salida para los jóvenes es la militarización para convertirlos en desclasados y seguir defendiendo la explotación que ejerce la burguesía sobre los trabajadores.

MUCHO MÁS QUE FRASES Y CONSIGNAS INGENIOSAS.

El sábado 25 de septiembre, una mujer dominicana fue golpeada por su cliente a la salida de un albergue transitorio, a escasos metros de la Plaza Once. La policía federal llegó al instante y se llevó a ambos a la Comisaría 8ª. Las compañeras de la detenida fueron hasta allí a reclamar la libertad de la mujer golpeada y en las puertas de la emblemática seccional fueron brutalmente reprimidas por un grupo de 15 federales que, al grito de “¡NEGRAS SUCIAS, PUTAS DE MIERDA, VUELVAN A SU PAIS!”, lanzaron gas pimienta, palos y realizaron detenciones, incluso del hijo menor de edad de una de ellas.

Mientras esto ocurría en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, en Chilecito, La Rioja , al pie del Famatina, Hernán Ocampo, un militante contra la minería contaminante, fue también detenido y su familia brutalmente agredida en su propia casa, por pintar las paredes de su pueblo. Los incidentes fueron protagonizados por un grupo de la policía riojana que justificó su accionar diciendo: “¡Es un zurdo de mierda, tapa las paredes que nosotros pintamos para el gobernador!”.

NINGUNA MUJER NACE PARA PUTA es mucho más que una frase ingeniosa. El negocio de la prostitución victimiza dos veces a la mujer por su condición de pobre. En la escala de complicidades y responsabilidades frente a la explotación sexual, hay una pirámide que empieza con el capitalista que dirige la trata, sigue con la policía que comparte sus ganancias, y termina con el cliente que pareciera ignorar que la prostituta, lejos de entregar lo que tiene, está vendiendo lo que le falta.

Miseria capitalista aumentada por la otra condición de mujer inmigrante y además negra, que en la Seccional 8ª (la que estrenó la picana sobre el cuerpo de luchadores sociales en la Década Infame ) es una razón extra para disfrutar con la paliza.

EL AGUA VALE MAS QUE EL ORO es también algo más que una consigna. Impedir que la minería contamine es un eje central de la lucha de los pueblos cordilleranos. Detrás de este otro negocio del capital, están las empresas con sus ganancias, los gobiernos provinciales y nacional, que funcionan como socios privilegiados de aquéllas y la policía (cuando no) en la protección de este avasallamiento natural, cultural y económico. Para ellos, el que se levanta y resiste es un ZURDO DE MIERDA. Nada distinto a lo que se sostenía desde ese mismo tríptico de la muerte, en tiempos de dictadura.

El denominador común, es el rol de perro guardián de los intereses de la burguesía dominante que asume la policía como institución del Estado, en dictadura o en democracia. El denominador común es el odio que esa policía verbaliza con los agravios de siempre. El denominador común es también la dinámica propia del sistema capitalista que no repara en cuestiones “menores” como dignidad humana y respeto al medio ambiente. El denominador común es que en un caso y otro, la respuesta de la represión tiene un mismo destinatario: el pobre cuando es pobre (y además mujer pobre) y el pobre cuando lucha, resiste y se organiza.

EL EXTERMINIO SISTEMATICO DE JOVENES POBRES

Después de la jornada de trabajo del viernes 24 de agosto, Walter Robles y Leandro Pérez, de 17 y 18 años de edad, comieron en sus casas, se bañaron y salieron. Como cualquier joven en cualquier lugar del mundo, salvo una cosa: Villa Fiorito no es cualquier lugar del mundo. Es uno de los barrios emblemáticos del fusilamiento policial enmascarado como “enfrentamiento”.

El barrio del famoso “mataguachos” José Antonio Pelozo y los torturadores Concha y Quevedo. El barrio de la temible comisaría 5ª. El barrio donde, para la policía, todos los chicos son delincuentes sin necesidad de demostrarlo, basta que sean jóvenes y pobres. A la 1:50 del sábado, un policía federal mató a Walter y Leandro. Los diarios titularon “Custodio de la Casa Rosada mató a dos ladrones que lo abordaron”, y hablaron de “tiroteo”.

Curioso “tiroteo”. Los chicos recibieron tres balazos cada uno, todos por la espalda. El custodio de la presidencia no tuvo ni un rasguño.

Los vecinos de Fiorito y del barrio vecino de Budge salieron a la calle, cansados de que les maten a los pibes de esa manera y cortaron el Puente La Noria. Tenían ganas de expresar su bronca y su miedo, de decir que se sienten rehenes de la policía, que ejecuta a diario, a puro gatillo, tortura y detenciones arbitrarias, la política de estado que tiene como objetivo atemorizar, disciplinar, acostumbrarlos a callar y a obedecer.

Los vecinos reclamaban la presencia de los medios de comunicación, pero ni aparecieron. La noticia que les sirve es que un policía nos libró de dos ladrones, no que dos pibes fueron fusilados por la espalda.

CORREPI, que representa legalmente a las familias de Walter y Leandro, participó en el corte. Ahí vimos la misma bronca, multiplicada, de tantos otros cortes y marchas por los pibes de la Masacre de Budge, por Juan Antonio Vázquez, por “Chaco” González, por Matías Bárzola, por Jonathan Aragón, todos vecinos de uno y otro lado del Camino Negro. Budge y Fiorito, una vez más, se organizan contra el gatillo fácil.

ATROPELLA, MATA Y AMENAZA

En la madrugada del sábado 25 de septiembre, Pablo Lallana, de 24 años, iba con un amigo en su moto por el barrio de Sarandí, cerca de la cancha de Arsenal. Un patrullero de la comisaría 4ª de Avellaneda, que trasladaba a dos detenidos, embistió a la moto. Según los testigos que presenciaron el accidente, venía a muy alta velocidad. Pablo murió casi en el acto. Su amigo, que sobrevivió al accidente, quedó internado con graves heridas.

A las pocas horas, personal de civil de la comisaría involucrada se dirigió al hospital donde el joven permanecía internado. ¿Se acercaron para solidarizarse con la familia de los chicos? ¿A pedir disculpas tal vez? No, fueron para amenazar al sobreviviente y a su familia para que no hicieran la denuncia.

Es que no es relevante para estos verdugos la forma en que matan a los jóvenes en los barrios: ya sea gatillo fácil, torturas en las comisarías o un accidente producto de la imprudencia al volante, lo importante para ellos es quedar impunes y no dudan en amedrentar a una familia y a un barrio que sufre por sus abusos para lograrlo.

Mientras tanto, amigos y familiares de Pablo marcharon hacia la comisaría 4ª luego de los partidos que Arsenal (equipo del cual Pablo era fanático) jugó contra Newell´s y Quilmes, para reclamar que el crimen se esclarezca y no quede impune.

REACCIÓN RETARDADA EN TIERRA DEL FUEGO

Dicen que, en estos tiempos, la información circula a la velocidad del rayo, o, mejor dicho, de los megabytes. Pero parece que no siempre es así. En Tierra del Fuego, necesitan un año para receptar algunas noticias.

Hace casi un año, los principales diarios del país cubrieron el acto en el que CORREPI presentó, en Plaza de Mayo, como todos los años desde 1996, el Archivo de Casos de personas asesinadas por el aparato represivo estatal, actualizado a noviembre de 2009.

El informe con los gráficos, estadísticas y cuadros que muestran la distribución territorial, por edades, las distintas modalidades y la fuerza a la que pertenecen los asesinos circuló ampliamente por Internet, está disponible en nuestra web y fue reproducido por infinidad de publicaciones en papel y digitales. Decenas de radios de todo el país se interesaron en conocer los datos, que mostraban cómo el estado, a través de su aparato represivo, nos había matado, en promedio, un pibe por día con el gatillo fácil, la tortura, en cárceles, comisarías o institutos de menores durante 2009.

Pero en Tierra del Fuego, la provincia que tiene el mayor índice de muertes –especialmente en cárceles y comisarías- del país en proporción a su población, el asunto recién fue noticia la semana pasada, cuando una diputada usó la información de CORREPI para promocionar un proyecto de ley “para establecer un mecanismo de control y seguimiento del accionar policial”, según declaró a los medios.

Entre las repercusiones del asunto, que incluyeron múltiples pedidos de periodistas del material, la más notable fue la llamada telefónica del ministro de Gobierno de la provincia fueguina, Dr. Guillermo Aramburu, que nos pidió la lista de los casos publicados. El funcionario, con gran amabilidad, se mostró muy preocupado por la conclusión a la que llegamos, cuando decimos que, dejando de lado la colosal supremacía poblacional de la provincia de Buenos Aires, al hacer el cálculo de cantidad de casos por millón de habitantes, se revela que las dos provincias “punteras” son Tierra del Fuego y Santa Fe, gobernadas, no por Macri, Scioli o Sobisch, que no necesitan presentación como represores, sino por “progres” como Fabiana Ríos y Hermes Binner. La misma conclusión a la que se llega comparando Morón con otros municipios del conurbano, o, a escala nacional, el gobierno de los Kirchner con el de Menem o Duhalde.

Le comentamos al ministro que la noticia era vieja, y que el próximo 19 de noviembre ya estamos presentando el Archivo 2010, en Plaza de Mayo, como siempre. Lo que no alcanzamos a decirle, es que le avise a la atribulada diputada que su proyecto no va a cambiar nada: las políticas de mano dura (aun disfrazadas de “mano blanda”) son una necesidad operativa del sistema político-económico imperante, gobierne quien gobierne.

MEDIOS Y MIEDOS QUE MATAN

En éste y en el anterior Boletín reseñamos cuatro casos de pibes fusilados por la policía. Los cuatro tenían entre 17 y 19 años, y fueron asesinados por policías federales, tres en la provincia y uno en la ciudad de Buenos Aires. En los todos los casos, los diarios hablaron del “joven delincuente” abatido por la autoridad.

Ninguno tituló “Ola de gatillo fácil” o “Crece la criminalidad policial”. En el relato periodístico, los “peligrosos”, siempre son los pibes asesinados, no los asesinos de uniforme. Los “peligrosos” eran Mathías, Sebastián, Walter y Leandro, no el federal de la 36ª, el que protege testigos o el custodio de la Rosada.

¿Será por eso que los vecinos de Campana no dudaron en sospechar de un pibito sucio y desesperado que corría tratando de encontrar donde esconderse, que pedía ayuda a los gritos? ¿Qué otra cosa podía ser, sino uno de esos peligrosos delincuentes de los que tanto se habla en los medios?

Los vecinos de Campana, con el diario bajo el brazo, corrieron, también, pero no a ayudar a Matías Berardi. Corrieron a encerrarse en sus casas, porque había un adolescente “sospechoso” en la calle. Y el chico secuestrado terminó ejecutado con un tiro en la espalda, como el otro Mathías, como Sebastián, como Walter y Leandro.

A ellos, los mató la policía federal, por jóvenes y pobres. A Matías Berardi, lo mató la indiferencia criminal de esos vecinos, alimentada a fuerza de titulares que dicen “ 1 a 0 - Policía mató a ladrón”.