Boletín informativo n° 583

CASO VEGA: IMPUNIDAD GARANTIZADA

Esta semana, mientras se anunciaba, entre aplausos y abrazos a la “compañera Cristina”, el tan esperado feriado de carnaval, el tribunal oral nº 21 suspendió el juicio al cabo Alberto Segovia, asesino de Mauricio Vega, murguero integrante de Los Incansables de Chacarita.

La demagogia, con la cosecha pertinente de consenso, es la principal herramienta del sistema represor, que necesita invisibilizar y silenciar los justos reclamos de justicia, a la vez que reprime y asesina diariamente a los más pobres

Nuestros compañeros, patrocinantes de la familia, se enteraron de esta suspensión, que los jueces argumentaron diciendo tener problemas administrativos, apenas días antes del inicio del juicio.

La noche del 28 de febrero al 1º de marzo de 2009, después de haber recorrido varios barrios de la ciudad bailando con la murga, Mauricio iba en una moto con un amigo de 15 años. Paró cerca de la esquina de Moldes y Zabala. Pasó un patrullero y los policías decidieron que eran “dos personas sospechosas”. Uno de los policías redujo al chico y lo tiró contra el piso. Mauricio salió corriendo, y, a las dos cuadras, se topó con la vía del tren. Trató de saltar un portón de reja cerrado. Cuando el murguero estaba trepado a la reja, de espaldas a Segovia, éste lo fusiló de un tiro en la nuca. Las pericias determinaron que fue un disparo con el arma apoyada sobre el cuero cabelludo.

El policía admitió en su indagatoria que Vega le daba la espalda al momento que lo remató, y que “tenía los dos brazos pasados del otro lado del portón que intentó saltar”. Lejos de inmutarse, el policía le plantó un arma para simular un enfrentamiento y le dijo a su compañero: “Me mandé una cagada: me parece que lo maté. ¡Vámonos!”.

En la primera instancia, estando probado que se trató de un fusilamiento, el juez Eduardo Daffis Niklison decidió que el policía “no tenía otra opción” que meterle un tiro a Mauricio, y lo declaró libre de culpa y cargo. CORREPI apeló el fallo, nos movilizamos y logramos que la causa se reabriera.

El lunes 1º de noviembre, teníamos fecha para la iniciación de juicio. Además de la suspensión, ahora resulta que la defensa propuso que se perdone al policía a cambio de una promesa de buena conducta, otorgándole una “probation”. Es decir, le quieren dar al asesino unas tareas comunitarias para evitar el juicio definitivamente.

Este jueves 11, a las 10:30, se realizará la audiencia en la que el TOC 21 escuchará los argumentos de la defensa a favor de la definitiva suspensión del juicio a prueba de conducta. Si el tribunal accede, el tiro en la nuca ni siquiera será un “accidente”. El policía cumplirá algunas horas de trabajo comunitario y la causa se archivará como si nada hubiera pasado.

Por ese motivo, la familia de Mauricio, los amigos del barrio y de la murga, y los militantes de CORREPI, nos movilizaremos frente al edificio judicial.

BAILANDO A LOS TIROS EN LA VUCETICH

Contrariando a la clásica visión de la Iglesia , que condena el odio como un sentimiento negativo, Ernesto Guevara decía que, existiendo una lucha de clases, el odio al opresor trasluce un gran amor a los pares, a los que por igual sufren el peso de la opresión del tirano. Este odio entonces es la semilla de una nueva sociedad.

Oponiéndose a este odio, existe otro que no es el reflejo de ningún amor, organizado por los gobiernos y financiado por las empresas.

Hace unos cuantos días, uno de los alumnos de la Escuela de Policía bonaerense “Juan Vucetich” denunció que un profesor les disparó con balas de salva durante una práctica en la cual los alumnos no tenían protección alguna.

Debido a la denuncia y en medio del escándalo, el superintendente de formación de la Fuerza , el comisario Jorge Ortiz, explicó: “se llevó a cabo un entrenamiento con un proyectil similar al que se utiliza en el Pinball, pero los alumnos no tenían protección. Cuando el director de la Escuela se enteró, realizó la denuncia en la fiscalía pertinente y también en Asuntos Internos”.

Según Ortiz, Asuntos Internos procedió a separar preventivamente de las Fuerzas al docente que estaba a cargo de esa cátedra. Asimismo, el comisario afirmó que los profesores de la Vucetich son “altamente capacitados” y sentenció: “Entendemos que fue un hecho aislado, pero no lo vamos a dejar pasar”. ¿Hecho aislado? Recuerden los reiterados episodios de “bailes” y torturas que muestran, cada tanto, cómo se entrena a los policías usándolos a ellos mismos como víctimas de lo que luego harán cotidianamente cuando se gradúen.

Además, aseguró: “Estamos muy preocupados y dolidos de que sucedan cuestiones como esta porque estamos muy abocados en trabajar en nuevos planes que hacen hincapié en los Derechos Humanos”.

Como señala Ortiz, los profesores de la Vucetich son altamente capacitados, y por más que en busca de consenso el gobierno les administre los cursitos de DDHH, saben bien cual es su función. Conocen de maravilla la necesidad de instruir a sus desclasados alumnos en el odio. Un odio que asesina un pibe por día en los barrios más humildes, un odio que reprime encarcela y mata a los luchadores que buscan un mundo mejor. Un odio que no esconde ningún tipo de amor.

PRESOS POLÍTICOS

Roberto Martino es uno de los presos políticos con los que cuenta la democracia argentina. Acusado de antisemitismo, hace ya 6 meses que está preso esperando el juicio.

Tras el discurso antidiscriminatorio y defensor de los DDHH, nacionales e internacionales, se esconde un verdadero objetivo, que es el de disciplinar a las organizaciones políticas y sociales que luchan por una transformación social.

Es notable cómo desde el estado se han logrado aceitar los mecanismos para una represión selectiva que, de manera muy efectiva, previene los conflictos y la protesta social persiguiendo, procesando, encarcelando y asesinando, como el reciente caso de Mariano Ferreyra, a luchadores y militantes.

Y esto por supuesto que necesita la ayuda de los medios oficiales y opositores, que contra el pueblo están de acuerdo, en legitimar el discurso y la acción represiva de los gobiernos de turno. Entonces todos hablan de la inseguridad, de la necesidad de la mano dura, del caos del tránsito y ahora de la muerte “de un gran dirigente revolucionario”. Nadie habla por supuesto de nuestros presos políticos, ni de los más de 6.000 procesados por luchar, ni de Ferreyra ni de los pibes que el estado mata por día en la calle o en las cárceles y las comisarías.

El 10 de Noviembre, Roberto Martino, iniciará una huelga de hambre en su lugar de detención.

Desde afuera, acompañaremos esta medida de lucha denunciando fuertemente en la calle que esta democracia que dicen defender tiene a nuestros compañeros encarcelados y que nosotros los necesitamos fuera para seguir luchando. LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS.

GATILLO FÁCIL EN SAN LUIS

El sábado 30 de octubre murió Sergio Echenique (17). La oficial Analía Albornoz, aseguró que primero disparó al aire y luego al piso, mientras intentaba cazar a Sergio, acusado de haber robado un camión. Pero todo termino con una herida en la espalda del muchacho, que le causó la muerte.

Junto al cuerpo de la víctima se encontró un revólver calibre 32. La familia denunció que “un oficial bajó de una camioneta con una mochila roja y le puso el arma”. Como siempre, más de lo mismo. Pese al tiro en la espalda, el “perro” garantiza la versión del enfrentamiento.

Cualquiera que lea esta noticia, se da cuenta que es un caso de gatillo fácil, aunque los medios titulen: “APARENTE CASO DE “GATILLO FACIL” EN SAN LUIS”, porque no les tiembla el pulso cuando se trata de justificar el accionar policial y la represión estatal. Llenan sus páginas hablando de la inseguridad y de “delincuentes” abatidos, como si estuvieran “bien muertos”.

Así es como el “gobierno de los Derechos Humanos” garantiza su Paz Social.

JUSTICIA VELOZ, SÓLO CUANDO LES CONVIENE

Todo el tiempo escuchamos quejas por la lentitud de la justicia. Bien lo sabe el 65% de los presos de todo el país, que son técnicamente inocentes, pues no tienen sentencia que los haya condenado, y que en una alta proporción terminarán absueltos después de años encerrados, o recibirán una pena menor que la finalmente impuesta.

Los que apuestan a “mejorar el sistema para que funcione”, dicen que si se lograra acelerar los tiempos procesales, todo sería diferente. Pero no hacen falta más que un par de ejemplos para entender que jueces y fiscales “trabajan” a la velocidad que les exige la defensa de los intereses que representan, ni más rápido, ni más despacio.

Mientras las causas contra policías, gendarmes y cualquier otro uniformado baten todos los récords en materia de demoras, con instrucciones que duran años, y, en una “moda” creciente, con excusas increíbles para suspender los juicios cuando ya hay fecha fijada, nunca es demasiado pronto cuando se trata de sobreseerlos.

El 21 de septiembre pasado, Mathías Álvarez fue asesinado con un disparo en el cuello cuando intentaba bajar de un colectivo en el barrio de Lugano. En menos de 40 días, el juez de instrucción cerró la causa, concluyendo que la conducta del sargento Hugo Humberto Silva fue “atípica”, es decir, no constituyó delito. Que al pibe se le atribuyera haber intentado disparar con un revólver de juguete, o que el tiro fuera claramente de arriba hacia abajo no importó demasiado. Menos de un mes y medio, y “resuelto” el hecho, para las estadísticas. ¿Quién dice que la justicia es lenta?

El 13 de octubre, frente al Palacio Pizzurno, mientras la policía cargaba sobre una manifestación estudiantil, once jóvenes fueron detenidos. Antes que se cumpla un mes del inicio de la causa, serán indagados por atentado y resistencia a la autoridad, daño y lesiones. El apuro del fiscal es tal, que hasta intentó dificultar que los compañeros abogados de CORREPI, que intervienen en la defensa, aceptaran el cargo.

Sencillo. Dile al juez quién eres, y te dirá como te juzga.

DISTINTOS, GOBIERNOS, LA MISMA REPRESIÓN

El 19 de noviembre, a las 18:00, bajo la consigna distintos gobiernos, la misma represión, CORREPI irá a Plaza de Mayo a presentar la actualización 2010 del Archivo de casos, la recopilación anual de datos de las personas asesinadas por el aparato represivo estatal.

Será el décimo quinto año consecutivo del acto durante el cual, además de presentar las conclusiones del Archivo, con los números –apenas los que llegamos a conocer- de los asesinados cotidianamente por el gatillo fácil en las calles y la tortura en cárceles, comisarías e institutos de menores, repasaremos la situación represiva en todas sus vertientes, y en todo el país.

Un año en el que la represión selectiva, la que se descarga contra los sectores organizados de la clase trabajadora, contra los que se movilizan y luchan, se cobró cuatro jóvenes vidas. En enero, Facundo Vargas (16) cayó fusilado por la policía en la represión a un corte de calle de los vecinos de Talar de Pacheco, que repudiaban la muerte de “Coco” Villanueva, muerto por el gatillo fácil el día anterior. En junio, Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco (16 y 28) fueron asesinados, en Bariloche, en idénticas circunstancias, después del fusilamiento por gatillo fácil de Diego Bonefoi. En octubre, la burocracia sindical, junto con sus socios, el gobierno y la empresa ferroviaria, asesinó a Mariano Ferreyra en Barracas.

Un año con presos políticos, con cada vez más compañeros perseguidos judicialmente por luchar, mientras la represión preventiva del gatillo fácil y la tortura se sigue cobrando una vida por día, y las detenciones arbitrarias profundizan el control social.

Un año con más leyes represivas, con más leyes “antiterroristas” y menos libertad.

Las cifras del Archivo prueban, una vez más, que no importa tanto quién gobierna, sino para quién lo hacen. Por eso vemos que sean peronistas, radicales, “socialistas”, vecinalistas o de cualquier otro pelo político, la represión está a la orden del día y crece de la mano de la crisis y la necesidad popular de dar pelea.

Los invitamos a acompañarnos, como todos los años, en Plaza de Mayo, el viernes 19 de noviembre, a las 18:00.

PRÓXIMAS ACTIVIDADES

Jueves 11 de noviembre, 10:30, escrache por la suspensión del juicio e intento de dar una “probation” al policía Alberto Alejandro Segovia, que el 1º de marzo de 2009 fusiló al joven murguero Mauricio Vega. Lavalle y Libertad, frente al TOC nº 21 de la ciudad de Buenos Aires.

Viernes 19 de noviembre, 18:00, en Plaza de Mayo, acto anual de presentación del Archivo actualizado de personas asesinadas por el aparato represivo estatal 1983/2010.