Boletín Informativo N°145

Correpi
11.Nov.01    Boletines Inf. 2001

SUMARIO
1- Gatillo Fácil del custodio de un juez
2- Ahorcado en la cárcel de Ezeiza
3- Sospechas de torturas en La Plata
4- Amenazas a familia mendocina
5- Robo, golpes y disparos en Ushuaia
6- Próximas Actividades

GATILLO FACIL DEL CUSTODIO DE UN JUEZ
El 31 de octubre a las 22:30 el oficial de la policía federal José Luis Fernández -custodio habitual del juez federal de San Isidro Roberto Marquevich- volvía a su casa en Pablo Podestá. Estaba de franco y de civil. En la esquina de Gral. Pico y Florida, dice, escuchó varios disparos, por lo que se quedó allí tratando de orientarse de dónde venía. Al rato pasaron dos hombres, uno en bicicleta y otro corriendo por la calle. Siempre según Fernández, como se quedó mirándolos, el que iba a pie le preguntó “¿Y vos qué mirás?”, sacando de inmediato un arma que disparó una vez. El policía sacó su arma reglamentaria y “repelió la agresión”, con tan buena puntería que acertó en el medio de la espalda a quien -según sus dichos- lo apuntaba de frente. El disparo penetró en el corazón de Lorenzo David Parra y lo mató en el acto. La supuesta arma que llevaba nunca fue hallada, según el homicida porque la levantó el que iba en bicicleta antes de irse. Es curioso que también tuviera tiempo de encontrar y llevarse el plomo y la vaina servida, porque tampoco fueron hallados.

AHORCADO EN LA CARCEL DE EZEIZA
Muchas veces hemos alertado sobre la cantidad de muertes que se producen en las unidades penitenciarias argentinas, que pocas veces tienen alguna trascendencia pública -total, son presos los que mueren. Además de los homicidios cometidos directamente por personal penitenciario o por sus sicarios, es elevadísima la tasa de “suicidios” que se deben mencionar entre comillas, porque en general resultan estremecedoramente oportunos -casi siempre son presos “molestos”; incompatibles con la personalidad de la víctima e inverosímiles en su mecanismo.
El 7 de noviembre a las 5:20 de la mañana Walter Daniel Benítez (25), detenido en el Complejo Penitenciario N° 1 de Ezeiza apareció ahorcado en su celda. Su cuerpo colgaba una sabana amarrada a los barrotes. No compartía la celda con nadie ya que el Complejo de Ezeiza está conformado por celdas individuales. Días antes había denunciado golpes por parte de los guardias y, desde principios de octubre, intentaba que lo trasladaran a la cárcel de Devoto. Había interpuesto un recurso de habeas corpus ante el juez federal de Lomas de Zamora Alberto Santamarina, quien había ordenado que se garantizara “su integridad física”. El mismo juez investiga hoy su muerte.
Benítez estaba detenido desde el 5 de enero de este año, acusado de tentativa de robo a mano armada, lesiones y disparo de arma de fuego. En 1998, en una detención anterior, había intentado fugarse de la cárcel de Caseros descolgándose por una ventana en un episodio en el que se investigó la presunta complicidad de los propios guardiacárceles, lo que según su familia le costó constantes amenazas y golpes de los funcionarios penitenciarios. Según la familia Benítez, “las palizas en la cárcel eran casi diarias”. De acuerdo a los registros del SPF, el preso había sido sancionado varias veces por resistirse a entrar en su pabellón o insultar. Al interponer el habeas corpus Benítez también denunció que lo habían golpeado, por lo que el juez ordenó pericias médicas que constataron “escoriaciones” y quemaduras de cigarrillos recientes. El martes 5 de noviembre lo revisó un psiquiatra de la cárcel, quien dejó asentado que no se detectaban “alteraciones de las funciones psíquicas superiores, ni signos sintomatológicos de la serie psicótica y depresiva”. El último examen fue el miércoles 6 a la noche y se realizó en el Cuerpo Médico Forense de Capital. Benítez volvió a la cárcel el jueves a la madrugada y —según el SPF— a la 1.40 lo metieron en su celda. Allí, de acuerdo con la versión oficial, lo encontró ahorcado un guardia a las 5.20.

SOSPECHAS DE TORTURAS EN LA PLATA
Una fiscalía de La Plata investiga el asesinato de un hombre que estuvo detenido en la comisaría 9 de esa ciudad y que luego apareció muerto de un balazo en la cabeza en una casaquinta. Aunque no hay indicios que vinculen un hecho con el otro, la Justicia ya allanó la seccional para secuestrar el libro de registro de detenidos. Un dato que tienen en cuenta los investigadores está relacionado con otro crimen. En 1993, en esta misma comisaría de La Plata el estudiante de periodismo Miguel Bru fue torturado y asesinado por policías de la Bonaerense. El caso que ahora se investiga es el de Gustavo Cuello, de 35 años. Este hombre desapareció de su casa el 27 de octubre. Su familia no supo más de él hasta el 1° de noviembre, cuando lo encontraron muerto dentro de una casaquinta de las afueras de La Plata —su dueño nada tiene que ver con Cuello—, con un balazo. Recién varias horas después se supo que en el medio había estado preso en la comisaría 9ª. Según explicó su familia, el 27 de octubre Cuello salió de su casa —ubicada en el barrio de Monasterio— en bicicleta, pero nunca regresó. Su madre hizo la denuncia ante la comisaría 8ª, que abrió un expediente de “averiguación de paradero”. Cuatro días después, Cuello apareció muerto en una casaquinta de las afueras de La Plata, en la calle 11 entre 662 y 663. Estaba tirado en una cama, con una pistola calibre 22 al lado. Según una versión tenía un tiro en la cabeza, mientras que otra indicaba que había recibido el balazo en el medio del pecho. El caso quedó en manos del fiscal Antonio Raimundi. Este determinó que Cuello figuraba como detenido en los libros de guardia de la comisaría 9ª. Allí se indicaba que el Comando de Patrullas de La Plata lo había detenido por “provocar disturbios en la vía pública” en el centro platense, en 6 entre 59 y 60. De acuerdo al registro policial, Cuello había estado sólo tres horas en la comisaría como demorado. Después, según la versión de la Bonaerense, había sido liberado “en perfectas condiciones de salud”. Eso es lo que ahora se investiga. El fiscal Raimundi le pidió a la comisaría que le enviara el libro de guardia, pero solo recibió fotocopias. Insatisfecho, allanó la seccional y se llevó el libro, que ahora está siendo sometido a pericias caligráficas. Allí se buscará determinar también si la supuesta salida de Cuello de la seccional quedó registrada y en qué momento se asentó ese dato.
La autopsia reveló que antes de morir Cuello sufrió algún tipo de dificultación mecánica de la respiración, pues sus pulmones estaban congestionados y color rsado subido. Esta suele ser inequívoca señal de la aplicación de la conocida “bolsita” o submarino seco. Otro dato curioso es que pese a las lluvias que hubo en la semana de su desaparición e incluso el día en que hallaron el cuerpo, las zapatillas que tenía Cuello estaban limpias, sin barro.

AMENAZAS A FAMILIA MENDOCINA
El 1º de octubre de 1999 Roberto Agustín Lúquez, de 17 años de edad, caminaba por la calle en Tropero Sosas (Mendoza) junto con un amigo cuando tres policías salieron de un coche patrulla y se acercaron a ellos como para detenerlos. Los dos muchachos echaron a correr, porque no llevaban
documentos de identidad. Roberto Agustín se escondió en la casa de un vecino. Los policías lo siguieron al interior y dispararon con una escopeta cargada con perdigones de goma. Tres perdigones perforaron el pulmón de Roberto. El muchacho fue llevado al hospital, pero murió 16 días después. Uno de los policías ha sido acusado por homicidio culposo y en breve se celebrará el juicio oral. La investigación ha sufrido demoras y obstáculos, y Olga Lúquez, madre de Roberto, ha presionado con denuncias públicas para que siga adelante. Desde el hecho un policía de la misma comisaría la ha estado amenazando, en persona y por teléfono. Recientemente, las amenazas se han hecho más serias, y Amnesty International ha implementado una acción urgente, en la convicción de tanto Olga Lúquez como su familia corren grave peligro.
El 17 de septiembre de 2001, Olga apareció en un programa de la televisión regional para conmemorar el aniversario de su la muerte de su hijo. Ese mismo día, un policía de Tropero Sosa se acercó a ella en un autobús y sacó su pistola para intimidarla. Unos amigos de la familia que aparecieron en el programa de televisión junto con ella también han recibido amenazas de muerte. Según los informes, algunos han sido interrogados por la policía, que les ha dicho “que se dejen de joder porque los vamos a hacer mierda”. El 11 de octubre de 2001, cuando Olga Lúquez llevaba a su hija a la escuela, vio que un automóvil de la policía las esperaba dentro del patio de la escuela. Unos agentes armados salieron del vehículo cuando ellas llegaron, y se marcharon cuando Olga Lúquez y su hija entraron en el edificio escolar. Las autoridades de la escuela dijeron posteriormente a Olga que nadie había llamado a la policía. El 5 de noviembre de 2001, la hija de Olga Luquez de 12 años de edad, se encontraba esperando el ómnibus frente a la comisaría de Tropero Sosa, cuando un policía salió, al
verla sacó su arma y comenzó a manipularla de forma intimidante a la vez que decía en voz alta: “que voy a hacer con esta pendeja”. Llamamos a todas las organizaciones y compañeros a sumarse a la acción urgente expresando su solidaridad con Olga y su familia y haciendo responsable a las autoridades mendoicinas por su seguridad personal.

ROBO, GOLPES Y DISPAROS EN USHUAIA
El bombero de Zona Norte, Daniel Aguirre, realizó ayer una gravísima denuncia pública contra un grupo de policías por haber golpeado a su hermano y también los acusa por la sustracción de dinero, todo sin ningún motivo, en un hecho sucedido durante la medianoche del viernes y primeras horas del sábado. Aguirre le relató al diario local El Sureño que el viernes en la noche su hermano (Roberto Rojas) iba a una fiesta de Halloween, y como el joven es un aspirante a bombero, en el Cuartel de Bomberos Zona Norte los efectivos lo ayudaron a disfrazarse. «Alrededor de las 00:30 llovía torrencialmente por lo que él decide irse a la fiesta. Cuando va caminado por Eva Perón hacia Facundo Quiroga, se escuchan dos disparos. En ese momento se presenta un bombero en el cuartel y me dice que la Policía está en Facundo Quiroga haciendo un procedimiento y me consulta sobre si yo tenía conocimiento de algo -porque yo estaba de guardia en el cuartel-. Así que voy a verificar qué pasaba en mi vehículo particular y veo que unos 15 policías tenían a una persona tirada en el piso y lo golpeaban», aseguró Aguirre en su relato.
Continuando con su historia, el bombero manifestó que al llegar al lugar «un policía me hace señas que circule, pero como lo conozco le pregunto si no había visto a mi hermano, por lo que él me responde que si no era éste que tenemos demorado acá. Cuando bajo me encuentro con que, efectivamente, era mi hermano y le pregunto por qué lo tenían de esta manera y obtengo como respuesta que lo habían demorado por que venía corriendo en actitud sospechosa. Les digo que soliciten una ambulancia pues lo tenían tirado en el suelo bajo la lluvia y sufre de asma. Mientras esperábamos la ambulancia pedí la Unidad 6 al cuartel para asistirlo hasta que llegase el socorro y en ese momento mi hermano me indica que le habían disparado y señala a un policía que es Sandro Sauco. Entonces voy y le recrimino por haberle disparado y me responde que lo vio en actitud sospechosa corriendo», criticó Aguirre, mostrándose seriamente indignado por la respuesta y actitud de los efectivos policiales. Aguirre solicitó al oficial a cargo del procedimiento que le retire el arma al efectivo que, supuestamente, había realizado los disparos, pero el policía negó que hayan existido los disparos.
«Luego -prosiguió Aguirre- solicito la presencia de mi superior en el lugar del hecho que es Eduardo Solari, debido a que se trataba de un integrante del cuartel, y al llegar Solari preguntó quién era el que estaba a cargo y nadie decía nada. Además estos policías, que son los camuflados (División Servicios Especiales) estaban todos en vehículos particulares, salvo otros que llegaron de civil a bordo de una camioneta roja», recordó.
Según el bombero al llegar la ambulancia Rojas es trasladado al Hospital en compañía de tres bomberos, pero «curiosamente» sin custodia policial. Además tampoco hubo presencia policial en el nosocomio mientras el joven era atendido. «Tampoco se hizo la alcoholemia, y supuestamente si estaban buscando a alguien de similares características tendrían que haber ido al hospital a tomarle los datos por lo menos», enfatizó el denunciante. En otro tramo de la entrevista Aguirre recordó que «luego que se llevaron a mi hermano ellos se retiraron y nosotros comenzamos a buscar testigos -que supuestamente es el trabajo que tienen que realizar ellos- y efectivamente encontramos personas que habían escuchado los disparos. Además, buscamos las cápsulas pero no pudimos encontrarlas. Al día siguiente se acerca una vecina la cual informa que había encontrado una cápsula de 9 mm.». Aguirre también denunció que, junto con el DNI del joven, los efectivos se habrían quedado con el dinero que estaba en su interior.

PEDIDO: Recordamos a todos los compañeros y organizaciones antirrepresivas del interior del país que cerraremos la recepción de datos para el nuevo ARCHIVO DE CASOS DE PERSONAS MUERTAS POR LAS FUERZAS DE SEGURIDAD el 30 de noviembre próximo. Rogamos enviar a la brevedad los informes zonales con los casos aún no incluidos así como la actualización de los que ya figuran.

PROXIMAS ACTIVIDADES:
Martes 13 de Noviembre, desde las 10:00: Para reclamar la libertad de los que luchan, movilización y radio abierta frente al Tribunal de Casación Penal de la Justicia Bonaerense; Av. 7 entre calles 56 y 57 de la ciudad de La Plata. La sala 1ª de dicho Tribunal tiene a estudio la admisión del recurso de casación en la causa que afecta a Emilio Alí.

Viernes 23 de noviembre: Charla en Trenque Lauquen sobre represión policial, a cargo de los compañeros Gerardo Etcheverry y Delia Garcilazo, de CORREPI y Comisión de Familiares, organizado por la Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen.

Viernes 14 de diciembre, 17 hs.: Entrega de la Sexta Actualización del ARCHIVO DE CASOS DE PERSONAS ASESINADAS POR LA REPRESIÓN EN ARGENTINA, en el marco de la habitual Jornada en Plaza de Mayo.

CORREPI
Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional