¡Damián Orué, PRESENTE!
La tarde del 6 de mayo de 2016, en el barrio Parque Calchaquí, perteneciente al partido bonaerense de Quilmes, Damián Orué fue fusilado por el suboficial de la Policía Federal, Lucas Navarro. Tenía 16 años.
Los medios de comunicación locales, rápidamente reprodujeron la versión policial del intento de robo y enfrentamiento. “El tiroteo finalizó con la muerte de uno los chacales”, dijeron; y al mismo tiempo aclararon, como si esto significara una explicación suficiente, que Damián y su amigo Kevin, eran de Villa Los Álamos, y por lo tanto, peligrosos.
Lo que no se dijo en ningún lado es que eran dos pibes que se juntaron para ir a la cancha; que tuvieron la mala suerte de acercarse al auto equivocado, y que cuando estaban a dos metros, salió el dueño (el suboficial Navarro) y les apuntó. Es lógico que quisieran escapar. Y no hay nada más descriptivo en este tipo de situaciones, que aquello que demuestra el resultado: Damián cayó muerto a los pocos metros, con un disparo de arma reglamentaria que entró por la espalda. Sí, por la espalda. Y hablan de enfrentamiento.
Damián fue fusilado por ser joven y pobre. Por haber salido de su barrio y cruzarse con un policía que tiró sin preguntar. La misma institución, con las mismas balas, que mataron a Marcos Acuña, Carlos Ojeda, Santiago Santana, Kevin Amarilla David Vivas, Javier Alarcon y tantos otros pibes de por ahí cerca, que cayeron porque a los uniformados no les importa su vida. No pudieron elegir, ni ellos, ni su familia.
A un año de su asesinato, con la organización y la lucha de sus familiares, amigos y las organizaciones, seguimos en las calles denunciando y exigiendo justicia por Damián y por todos los pibes y pibas víctima de la represión estatal, para que esto se acabe de una vez, y para que los asesinos como Lucas Navarro no queden impunes.
¡BASTA DE GATILLO FÁCIL!