EL JUICIO A LA TORTURA
Caso Gallardo: toda la información sobre el Juicio a la Tortura
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LA TORTURA ES CRIMEN DE ESTADO
TAMBIÉN EN “DEMOCRACIA”
La tortura es sistemática en cárceles y comisarías argentinas. Se apilan por centenares las denuncias en juzgados que a lo sumo admiten un “exceso” en el “normal rigorismo policial” o que aprovechan el menú de opciones menos graves, como los apremios, las severidades o las vejaciones, que los legisladores ponen a su disposición para proteger a los ejecutores de la política represiva que les aprovecha a todos por igual.
No es por falta de muertos por aplicación de tormentos, sino por clara decisión política aplicada por los jueces, que hay apenas una docena de condenas por el delito de tortura seguida de muerte (art. 144 ter inc. 2º del código penal) en todo el país desde 1983. Y tres de esas condenas corresponden a un mismo hecho, la tortura y muerte de Sergio Gustavo Durán en la comisaría 1ª de Morón.
Esta semana llega a juicio oral el caso Gallardo, ejemplo de libro de cómo el poder judicial obedece el mandato político para mantener al gobierno a cubierto de la tarea sucia que encomienda a sus guardianes del orden. Cuando se les da vuelta la taba y no pueden dar impunidad directa a los ejecutores de su política represiva, la directiva es resguardar al estado. SI HAY TORTURA, QUE NO SE NOTE. Que parezca un accidente. Un desborde individual, un acto psicopático. QUE NO SE NOTE QUE ES EL ESTADO.
El 10 de enero de 2005 cuatro policías apalearon a ocho presos en la comisaría 3ª de Avellaneda para castigarlos porque descubrieron que intentaban hacer un boquete en la celda. Los hicieron pasar de a uno al calabozo donde los oficiales Marcelo Fiordomo y Hernán Gnopko y el suboficial Julio Silva, bajo la dirección del subcomisario Rubén Gómez, les pegaron con bastones de madera, los patearon, les pisaron las manos. Después los subieron a un celular y los repartieron en distintas comisarías, acompañados de certificados que afirmaban que no tenían lesiones, hechos por el oficial Gnopko, con la matrícula y firma falsa de un médico policial que estaba en Morón en ese momento.
Diego Gallardo (20) se llevó la peor parte de la paliza. Después de agonizar durante 15 horas en el pasillo de la comisaría 1ª, murió. La autopsia describe 57 lesiones similares, equimóticas y excoriativas, producidas por golpe con un elemento duro, romo y cilíndrico de unos 4 cm. de diámetro. “Nos dieron con los bastones que usan en la cancha”, declararon los sobrevivientes. Tenía varias fracturas craneales, hematomas y hemorragias cerebrales producidas por los golpes, y la hinchazón del encéfalo le produjo la separación de las suturas de los huesos de la cabeza. El cuadro neurológico causó vómitos incoercibles que desgarraron su estómago y su esófago, con la consiguiente hemorragia interna. Sus siete compañeros de celda, llevados al día siguiente a declarar ante el fiscal, tuvieron el coraje de contar lo ocurrido, que fue corroborado por sus propios golpes, que constan en las revisaciones médicas hechas el 11 de enero por el médico de tribunales.
Pero semejante ordalía no alcanza para que los jueces argentinos digan TORTURA. Los policías llegan al juicio acusados de homicidio y de SEVERIDADES. No torturaron, fueron severos en demasía. Jueces y fiscales prefieren acusar por homicidio -aunque sea calificado porque son policías y eran cuatro; y aunque pueda llevar a la misma condena de prisión perpetua- porque ese delito no lleva implícita, como la tortura, la autoría necesaria del estado.
No sólo los cuatro policías van a ser juzgados a partir del lunes 26 de marzo en Lomas de Zamora. También el estado represor, que mata y tortura en democracia o en dictadura.
EL GATILLO FÁCIL Y LA TORTURA SIEMPRE SON CRÍMENES DE ESTADO
650 PIBES ASESINADOS DESDE 2003 POR EL GOBIERNO “DE LOS DDHH”
JUSTICIA PARA DIEGO GALLARDO - CÁRCEL A LOS TORTURADORES