IRIBARNE, EL QUE NO SE ARREPIENTE

01.Ago.05    Documentos y Comunicados

IRIBARNE, NUEVO MINISTRO DE JUSTICIA Y DDHH:
¿PORQUÉ HABRÍA DE ARREPENTIRSE?

El flamante Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Alberto Juan Iribarne, es un dirigente peronista de larga trayectoria, que formó parte de los equipos de Carlos Grosso, Carlos Menem y Eduardo Duhalde, y ahora es figura en el gobierno de Néstor Kirchner.

En 1989 fue elegido como diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Antes había sido secretario administrativo de la Cámara de Senadores de la Nación. Fue viceintendente de Grosso, aunque luego, junto con su compadre Carlos “Chacho” Álvarez y con el desaparecido Germán Abdala, organizaron un acto en la Federación de Box para intentar convertirse en una alternativa a Carlos Grosso en el peronismo porteño.

Fue el viceministro del Interior cuando Carlos Vladimiro Corach era el ministro, y en 1998 abandonó ese cargo para ser el jefe de la campaña presidencial de Eduardo Duhalde.

Apoyó la alianza de Domingo Cavallo y Gustavo Béliz, que se postulaba para la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. En febrero de 2000, y en el marco de la campaña electoral que se basaba en el “combate contra la inseguridad ciudadana”, solía acompañar a los candidatos en las recorridas por los barrios porteños. Así se lo pudo ver recorriendo villas miseria en un auto blindado, junto al ideólogo de la “tolerancia cero”, William Bratton, invitado del tandem Cavallo-Béliz (y que “aprovechó” el viaje para instalar una sucursal de su agencia de seguridad privada).

Fue también el segundo de Juan José Alvarez en el Ministerio de Seguridad Bonaerense ya durante la presidencia de Duhalde, quien, ya en 2002, convocó a Iribarne para ocupar la Secretaría de Seguridad Interior de la Nación. Fue desde ese cargo que Iribarne fue el responsable, en octubre de 2002, de la represión a una actividad de protesta de la organización ecologista Greenpeace en las escalinatas del Congreso, en la que se llevaron presos a decenas de asambleístas y militantes de izquierda, originando una causa penal en la que recién este año fue sobreseído el último imputado.

Durante esa misma gestión Iribarne llevó adelante la represión a los trabajadores y militantes en la fábrica recuperada Brukman. El 23 de Abril del 2003, dos días después de esa represión, el diario La Nación informaba que “El secretario de Seguridad, Alberto Iribarne, justificó la acción policial organizada para desconcentrar a los empleados movilizados anteayer frente a la fábrica, para intentar tomarla. Tras ese hecho, 46 personas fueron atendidas en hospitales porteños, afectadas por los gases lacrimógenos y las balas de goma lanzados por la policía.´No era una protesta social, sino el incumplimiento de la orden judicial del juez de instrucción Jorge Rimondi, que había ordenado desalojar el inmueble y adoptar las medidas necesarias para impedir que volvieran a ingresar´, afirmó Iribarne durante una rueda de prensa”. La actuación de Iribarne en esa represión le valió ser imputado por CORREPI y otros organismos que lo querellaron en una causa penal que aún continúa su lento trámite.

Al asumir Néstor Kirchner lo designó como titular de la Sindicatura General de la Nación, cargo que ocupó hasta su nueva designación como secretario de seguridad interior en julio del año pasado. En su primer día en el ya conocido cargo, Iribarne dejó claro que prefiere el derecho penal “de autor” al “de acto”, cuando declaró a los medios que frente a la toma de una empresa “no se puede tener una posición rígida: no es lo mismo que diez mujeres con sus bebes tomen un McDonald`s a que lo hagan diez encapuchados”.

El 18 de diciembre pasado el hoy Ministro de Justicia y Derechos Humanos participó de la cena de fin de año organizada por Juan Carlos Blumberg en el paquetísimo Hotel Hilton de Puerto Madero, a $ 200 el cubierto. Junto al empresario de la mano dura, además de Iribarne, se sentaron a degustar el menú elegido el vicepresidente Scioli, Aníbal Fernández, los gobernadores Felipe Solá, De la Sota y el menemista Juan Carlos Romero de Salta, los ex diputados José Luis Manzano y Alberto Pierri, torturadores y propagandistas de la pena de muerte como Luis Patti y Mirta Perez, intendentes y empresarios preocupados por la “inseguridad” y faranduleros al estilo de Pancho Ibañez, Oscar González Oro, Guillermo Andino, Daniel Hadad y Luis Majul.

Confrontado por algunos periodistas acerca de su pasado grossista-menemista-cavallista-duhaldista, Iribarne fue muy claro el día de su jura ministerial: “No me arrepiento de nada”, dijo. ¿De qué habría de arrepentirse? ¿De haber participado de administraciones y campañas electorales de los mismos que, cuidadosamente maquillados y aunque disputen porciones de poder entre ellos, hoy siguen siendo gobierno? ¿Qué diferencia hay entre ser funcionario de Menem y Duhalde, y serlo de Kirchner, en el gobierno con más presos políticos y mayor índice de torturas y gatillo fácil desde 1983?.