Libertad a los compañeros antiimperialistas en Italia

Correpi
07.Abr.04    Documentos y Comunicados

Sabemos de los valores de los compañeros del Campo Antiimperialista y los reinvindicamos. Denunciamos al genuflexo gobierno italiano como neofascista y exigimos la inmediata libertad de los detenidos.

A fines del 2001 los gobiernos de Europa decidieron hociquear frente al poderío imperialista. Los “lamebotas” del viejo mundo dictaron leyes internas para combatir el terrorismo y a nivel continental adoptaron (y paulatinamente agrandaron) la “lista negra” de agrupaciones que, a gusto de Bush, eran indeseables y debían ser extirpadas de la faz de la tierra.

La restricción a las libertades democráticas de la democracia italiana ya era una constante desde la asunción del corrupto empresario Berlusconi como primer ministro.

En julio del 2001 la itálica democracia mostraba al mundo que el gatillo fácil no es exclusivo del barro del Gran Buenos Aires ni de las callejuelas faveladas de Río de Janeiro, y que las manifestaciones contra el sistema se aplacan a sangre y fuego. Carlo Giulianni fue el antecesor y el antecedente de nuestro Carlos “Petete” Almirón.

En agosto de 2002 la itálica democracia gozaba de 700 presos políticos, ninguno azzurri, todos “rojitos”.
Ese mismo mes y año en Assisi, en un camping de la campiña umbria, se reunieron más de 50 organizaciones populares, revolucionarias y antiimperialistas del mundo. Era el encuentro anual del “Campo Antiimperialista”. La CORREPI estaba invitada y la CORREPI estuvo allí.

La prensa canalla y protofascista italiana tituló “1.500 terroristas se reunen en Assisi”. Para un senador de Umbria había que investigar quiénes de los asistentes al campo formaban parte de las organizaciones terroristas y quiénes no. La distinción era la cárcel o la deportación. Una denuncia judicial implicó como primera medida la detención del Profesor J. Como segunda medida, rodearon el predio con más de 200 carabinieri. Los bosques lindantes estaban forzados por los elegantes policías. Cada vez que queríamos bajar a la ciudad de San Francisco, la “autoridad” nos exigía documentación. A los extranjeros –y más si teníamos el atrevimiento de ser extracomunitarios- nos querían retener el pasaporte.

Se sesionó igual, con la presión de poder ser encarcelados o expulsados de la lírica Italia en cualquier momento, repudiando el terrorismo yanqui en Afganistan y en cualquier punto del planeta; previendo y denunciando la invasión a Irak; sabiendo que los europeos coadyuvarían a masacrar al pueblo iraki.

Escuchamos la palabra de todos los bolivarianos, hayamos nacido en Bolivia, Colombia o Argentina. Debatimos sobre la lucha del movimiento de liberación palestino, de los luchadores vascos. Pasamos revista a la realidad serbia, indonesia, pakistaní o nepalí. Se discutió la realidad siniestra de los presos políticos kurdos en las carceles de Turquía, la de las masacres del régimen musulman contra los revolucionarios marxistas turcos.

Nos detuvimos en debates riquísimos en torno a los grupos antiglobalización. Moreno Pasquinelli, vocero del Campo Antiimperialista, sostenía la endeblez ideológica de los “No Global”.

Ayer, 3 de abril de 2004, la noticia del inefable Julio Argañaraz de Clarín tituló “Operativo contra el terrorismo en 6 países europeos”.
El corresponsal del diario de Ernestina Herrera de Noble contaba que entre los detenidos en la tierra del Dante, de Leonardo y de Gramsci, estaba “Moreno Pasquinelli, de 48 años, considerado el Jefe del Campo Antiimperialista”.
Difundía la noticia el filoaznarista periodista del Gran Diario Argentino vinculando al Campo con el Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo de Turquía (DHKP_C) . Y además sostenía –como los mejores servicios de inteligencia- que el Campo Antiimperialista tenía una pagina web donde defendían “la resistencia en Irak”.

Turco terrorista, aunque marxista de tendencia maoísta, a lo mejor se te puede ligar con Bin Laden.
Eso sí, aclaraba que hasta ahora no había pruebas de vínculos entre el DHKP-C y la red Al Qaeda, aunque siendo turcos y pidiendo por Irak, todo puede ser, en la dimensión desconocida de los Bush, Berlusconi o los escribas del primer mundo, burgués, imperialista y lleno, siempre muy lleno.
Para esta Europa arrodillada frente al imperialismo, es catalogado como terrorista todo aquel que se atreve a confrontar con el sistema. Todo aquel que se para frente al imperio, o todo aquel que controvierte los dictados de los centros financieros del poder.

Es terrorista para la Italia berlusconiana que se ejerza la solidaridad con los revolucionarios de otros países. Los compañeros Moreno, Alessia Monteverde y María Grazzia Ardizzone están detenidos por “colaborar” con el DHKP-C. Y porque María Grazzia se casó con el jefe político del DHKP-C. Como en la dictadura, el que se juntaba con “terroristas”, “terrorista” era. Y si la Unión Europea dice que son terroristas por “algo será”.

Es como si los “euros” dieran por tierra con la solidaridad entre los pueblos que no los disfrutan. Es como si estos “argentos” no pudieran solidarizarse con los revolucionarios de Colombia o del Perú, o de cualquier lado del mundo.

La CORREPI estuvo en Assisi en agosto del 2002. Participó del Campo Antiimperialista. Conocimos, disfrutamos y hasta admiramos la compañía de Moreno, Grazzia y Alessia. Conocimos a los compañeros de DHKP-C y a través de ellos nos interiorizamos del terrorismo de estado de Turquía. Claro, ese terrorismo no forma parte de ninguna lista, como nunca lo es el terrorismo aplicado por los países centrales. Como no lo fue el terrorismo de los “daños colaterales” de la OTAN. Como no lo fueron los paramilitares de Felipe González para exterminar a los luchadores del País Basko.

Sabemos de los valores de los compañeros del Campo Antiimperialista y los reinvindicamos. Denunciamos al genuflexo gobierno italiano como neofascista y exigimos la inmediata libertad de los detenidos.

                  

Libertad a los compañeros antiimperialistas en Italia

Correpi
07.Abr.04    Documentos y Comunicados

Sabemos de los valores de los compañeros del Campo Antiimperialista y los reinvindicamos. Denunciamos al genuflexo gobierno italiano como neofascista y exigimos la inmediata libertad de los detenidos.

A fines del 2001 los gobiernos de Europa decidieron hociquear frente al poderío imperialista. Los “lamebotas” del viejo mundo dictaron leyes internas para combatir el terrorismo y a nivel continental adoptaron (y paulatinamente agrandaron) la “lista negra” de agrupaciones que, a gusto de Bush, eran indeseables y debían ser extirpadas de la faz de la tierra.

La restricción a las libertades democráticas de la democracia italiana ya era una constante desde la asunción del corrupto empresario Berlusconi como primer ministro.

En julio del 2001 la itálica democracia mostraba al mundo que el gatillo fácil no es exclusivo del barro del Gran Buenos Aires ni de las callejuelas faveladas de Río de Janeiro, y que las manifestaciones contra el sistema se aplacan a sangre y fuego. Carlo Giulianni fue el antecesor y el antecedente de nuestro Carlos “Petete” Almirón.

En agosto de 2002 la itálica democracia gozaba de 700 presos políticos, ninguno azzurri, todos “rojitos”.
Ese mismo mes y año en Assisi, en un camping de la campiña umbria, se reunieron más de 50 organizaciones populares, revolucionarias y antiimperialistas del mundo. Era el encuentro anual del “Campo Antiimperialista”. La CORREPI estaba invitada y la CORREPI estuvo allí.

La prensa canalla y protofascista italiana tituló “1.500 terroristas se reunen en Assisi”. Para un senador de Umbria había que investigar quiénes de los asistentes al campo formaban parte de las organizaciones terroristas y quiénes no. La distinción era la cárcel o la deportación. Una denuncia judicial implicó como primera medida la detención del Profesor J. Como segunda medida, rodearon el predio con más de 200 carabinieri. Los bosques lindantes estaban forzados por los elegantes policías. Cada vez que queríamos bajar a la ciudad de San Francisco, la “autoridad” nos exigía documentación. A los extranjeros –y más si teníamos el atrevimiento de ser extracomunitarios- nos querían retener el pasaporte.

Se sesionó igual, con la presión de poder ser encarcelados o expulsados de la lírica Italia en cualquier momento, repudiando el terrorismo yanqui en Afganistan y en cualquier punto del planeta; previendo y denunciando la invasión a Irak; sabiendo que los europeos coadyuvarían a masacrar al pueblo iraki.

Escuchamos la palabra de todos los bolivarianos, hayamos nacido en Bolivia, Colombia o Argentina. Debatimos sobre la lucha del movimiento de liberación palestino, de los luchadores vascos. Pasamos revista a la realidad serbia, indonesia, pakistaní o nepalí. Se discutió la realidad siniestra de los presos políticos kurdos en las carceles de Turquía, la de las masacres del régimen musulman contra los revolucionarios marxistas turcos.

Nos detuvimos en debates riquísimos en torno a los grupos antiglobalización. Moreno Pasquinelli, vocero del Campo Antiimperialista, sostenía la endeblez ideológica de los “No Global”.

Ayer, 3 de abril de 2004, la noticia del inefable Julio Argañaraz de Clarín tituló “Operativo contra el terrorismo en 6 países europeos”.
El corresponsal del diario de Ernestina Herrera de Noble contaba que entre los detenidos en la tierra del Dante, de Leonardo y de Gramsci, estaba “Moreno Pasquinelli, de 48 años, considerado el Jefe del Campo Antiimperialista”.
Difundía la noticia el filoaznarista periodista del Gran Diario Argentino vinculando al Campo con el Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo de Turquía (DHKP_C) . Y además sostenía –como los mejores servicios de inteligencia- que el Campo Antiimperialista tenía una pagina web donde defendían “la resistencia en Irak”.

Turco terrorista, aunque marxista de tendencia maoísta, a lo mejor se te puede ligar con Bin Laden.
Eso sí, aclaraba que hasta ahora no había pruebas de vínculos entre el DHKP-C y la red Al Qaeda, aunque siendo turcos y pidiendo por Irak, todo puede ser, en la dimensión desconocida de los Bush, Berlusconi o los escribas del primer mundo, burgués, imperialista y lleno, siempre muy lleno.
Para esta Europa arrodillada frente al imperialismo, es catalogado como terrorista todo aquel que se atreve a confrontar con el sistema. Todo aquel que se para frente al imperio, o todo aquel que controvierte los dictados de los centros financieros del poder.

Es terrorista para la Italia berlusconiana que se ejerza la solidaridad con los revolucionarios de otros países. Los compañeros Moreno, Alessia Monteverde y María Grazzia Ardizzone están detenidos por “colaborar” con el DHKP-C. Y porque María Grazzia se casó con el jefe político del DHKP-C. Como en la dictadura, el que se juntaba con “terroristas”, “terrorista” era. Y si la Unión Europea dice que son terroristas por “algo será”.

Es como si los “euros” dieran por tierra con la solidaridad entre los pueblos que no los disfrutan. Es como si estos “argentos” no pudieran solidarizarse con los revolucionarios de Colombia o del Perú, o de cualquier lado del mundo.

La CORREPI estuvo en Assisi en agosto del 2002. Participó del Campo Antiimperialista. Conocimos, disfrutamos y hasta admiramos la compañía de Moreno, Grazzia y Alessia. Conocimos a los compañeros de DHKP-C y a través de ellos nos interiorizamos del terrorismo de estado de Turquía. Claro, ese terrorismo no forma parte de ninguna lista, como nunca lo es el terrorismo aplicado por los países centrales. Como no lo fue el terrorismo de los “daños colaterales” de la OTAN. Como no lo fueron los paramilitares de Felipe González para exterminar a los luchadores del País Basko.

Sabemos de los valores de los compañeros del Campo Antiimperialista y los reinvindicamos. Denunciamos al genuflexo gobierno italiano como neofascista y exigimos la inmediata libertad de los detenidos.