Tropas a Haití
Es probable que se piense que el envío de tropas a Haití comandadas por la ONU, para “resguardar la paz”, junto a tropas de Brasil, es de poca monta para analizar la conducta del gobierno.
Es sabido que el discurso imperialista de intervención armada en cualquier lugar del mundo siempre se esconde bajo la bandera de “resguardar la paz”, “defender la democracia”, cuidar la “seguridad de los ciudadanos” y así.
Alguien, con el objetivo de defender la medida de intervención de tropas que el gobierno ha propuesto desde la Cancillería para ser convertida en ley, puede objetar que en realidad al ingresar las tropas argentinas y brasileñas a Haití se retirarán las yanquis con lo que aquellas no intervendrían a la par. Pero no es necesario analizar mucho para saber que cualquier movimiento de tropas de la ONU, está supervisado y comandado por jefes militares norteamericanos; esto ha sido siempre así desde la propia existencia de las Naciones Unidas.
Finalmente los defensores del progresismo de este gobierno, afirmaran que en Haití lo que se ha producido en realidad no es un levantamiento revolucionario sino simplemente un golpe de estado de derecha y que las fuerzas de la ONU irán efectivamente a frenar tal golpe e impedir la Matanza.
Pero en cualquiera de estos casos el ingreso de tropas a Haití es una violación de la autonomía de ese país y en las condiciones actuales de la política norteamericana de guerra, no significan ni más ni menos que un apoyo al ingreso de tropas en Colombia y envío indirecto de amenazas a otra isla, la de Cuba, su gobierno y su revolución.
Además, de esta manera los yanquis solucionan una crítica creciente hacia adentro de la población americana: la salida constante de tropas militares del país. En este caso poniendo en movimiento a dos gobiernos, el de Argentina y el de Brasil, que aunque tengan colocados a su derecha fuerzas políticas opositoras, en lo esencial se colocan de una u otra forma dentro de los proyectos norteamericanos de control del mundo y sostenimiento de su poder mundial.
Facilitando así, al retirar tropas de Haití, la “moderada” existencia de soldados en el mundo e Irak. Hasta acá llega la dinámica de las relaciones políticas militares con los yanquis del canciller.
Es necesario entonces impedir el envío de tropas Argentinas a Haití. Ni el Congreso debe votar tales leyes y el ejecutivo en el caso de que así sea debe vetarlas inmediatamente.